Según la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Cecha): “con estas subas tenemos un atraso de 9%, dicen las petroleras, porque ellas quieren un equilibrio internacional que se llama import parity, que les permite importar y exportar al mismo precio”. Esto no obstante que las petroleras siguen pagando los salarios en pesos devaluados y con esa mayor explotación de los trabajadores aumentan sus ganancias extraordinarias con el precio dolarizado. El aumento del 9% proyectado hasta fin de 2018 se sumaría así a los 14 aumentos ya implementados en lo que va del año, que llevaron el precio de los combustibles un 75% por encima de lo que costaban en enero y es uno de los factores inflacionarios de mayor propagación en la cadena de productos al subir el costo de transporte.
Esto viene siendo así porque tras la liberación total de mercado de cambios con la asunción del gobierno de Macri, éste concedió a los monopolios petroleros en octubre de 2017 la liberaron total de los precios de los combustibles en la Argentina y su consiguiente dolarización. Si bien la Argentina ya produce el suficiente petróleo como para el mercado interno, sin necesidad de importar, la suba del precio internacional del barril repercute directamente en el valor local por tener los precios liberados. A lo que se suma todo el traslado a los precios de la devaluación del peso, pese a que no aumenten de la misma manera sus costos en pesos: además de los salarios como decimos arriba, también son en pesos devaluados la mayor parte de la logística y los servicios tercerizados a pequeños y medianos contratistas que no tienen el mismo poder de negoción que los monopolios de la extracción y destilación del producto.
Hasta octubre del año pasado, el petróleo tenía dos valores: el precio internacional y el precio criollo, lo que fue unificado por el gobierno de Macri arguyendo que el precio local entonces era más alto que el internacional. Con eso se perdió también el resguardo frente a la abrupta suba posterior del precio internacional. Así, para beneficio de los monopolios petroleros nos golpeó de lleno, el aumento del precio por las sanciones que el gobierno de Donald Trump impuso a Irán, uno de los mayores proveedores de crudo en el mundo, y también por la decisión de los grandes países productores de reducir su oferta, como Arabia Saudita y Rusia.
Hoy N° 1742 07/11/2018