La discusión se abrió porque como parte del debate que plantearon los estudiantes, se dio información sobre el uso de pastillas (misoprostol) para la interrupción de un embarazo. La charla la realizó un grupo vinculado a la agrupación cristinista de Sabatella, Nuevo Encuentro.
La discusión se abrió porque como parte del debate que plantearon los estudiantes, se dio información sobre el uso de pastillas (misoprostol) para la interrupción de un embarazo. La charla la realizó un grupo vinculado a la agrupación cristinista de Sabatella, Nuevo Encuentro.
Es importante abordar diferentes aspectos de la discusión. En primer lugar, hubo una reacción fascistoide de algunos medios de comunicación hegemónicos, y de los grupos de derecha mal llamados “pro vida”, quienes cuestionaron que se hablara del aborto con jóvenes de primero y segundo año. Lo primero que hay que decir es que la Educación Sexual Integral (ESI) es obligatoria en los colegios desde la sanción de la Ley 26.150 del año 2006. No sólo es una obligación de las instituciones educativas, sino que es una necesidad que las y los jóvenes puedan acceder a la información necesaria sobre los métodos anticonceptivos, cómo cuidar su cuerpo, que puedan cuestionar las relaciones de género que se dan en el marco de la sexualidad, y por supuesto que tengan información sobre el aborto. Hay que decir que en Argentina del total de embarazos, el 15% corresponden a embarazos adolescentes, y fue el mismísimo ministro de Salud Lemus el que reconoció que esta problemática aumentó en los últimos años.
Una pregunta que deberían hacerse quienes cuestionaron que se abriera este debate con adolescentes es si realmente la ESI está llegando a todos los colegios, sabemos que uno de los primeros lugares en los que Macri despidió gente y recortó presupuesto fue en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
En segundo lugar hay que clarificar el debate en torno al aborto con pastillas. Pero no podemos abordar esto si no insistimos en decir que la interrupción voluntaria del embarazo sigue siendo ilegal en la Argentina. Y son las mujeres pobres las que mueren o son criminalizadas por abortar como demostró el caso de la joven tucumana, Belén. La campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito cumplió diez años en 2015, diez años en los que no se pudo avanzar en la lucha para que el congreso apruebe la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y la principal traba estuvo en el mismo kirchnerismo que tuvo mayoría parlamentaria mucho tiempo y les negó este derecho a las mujeres. La ex presidenta, Cristina K, siempre se manifestó en contra de la legalización del aborto. Frente a este panorama, algunos grupos de mujeres se organizaron para facilitar el acceso a la información sobre como abortar con pastillas, un método que es seguro dentro de las primeras 12 semanas de gestación pero que tiene que realizarse con el acompañamiento médico. Las mujeres aunque accedamos al misoprostol, nos seguimos moviendo en la clandestinidad y muchas veces quienes acceden a las pastillas no pueden acceder a operadores de salud “amigables” con el tema.
El debate con la agrupación sabatellista es claro: se escudan en el uso del misoprostol para esquivarle a la realidad de que el gobierno que apoyaron 12 años, siempre les negó este derecho a las mujeres. Parten de la idea de que supuestamente el aborto está despenalizado “socialmente”. Ridículo. El acceso al aborto no es sólo un problema de derecho a decidir, lo cual sin duda es fundamental, sino que es un problema de salud pública. Insistimos, las que mueren son las pobres. ¿Esas mujeres tienen acceso a estos métodos? ¿Qué pasa cuando recurren a un hospital público con hemorragias producto de un aborto mal hecho? Mueren o son criminalizadas. Y lo paradójico es que el mismo Sabatella salió a pedirle disculpas a la ex presidenta por haber utilizado su imagen en una charla a favor del aborto.
Ahora bien, frente a este panorama, ¿Cómo seguimos? Hay que decir que estamos en peores condiciones que antes, Macri ya se manifestó públicamente en contra del aborto –como lo había hecho Cristina- pero la correlación de fuerzas en el PRO y sus aliados es aún más desfavorable que la que teníamos cuando el Frente para la Victoria tenía mayoría. Frente a esto, la única salida es redoblar la lucha de calles para lograr que el aborto sea legal en Argentina…lucha que necesariamente tiene que ir de la mano de tejer un arco de alianzas que permita presionar y cambiar la actual correlación de fuerzas que hay en el Congreso de la Nación.
Y es necesario además volver a poner en el centro la triple consigna de la Campaña Nacional: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.