Debido a las difíciles condiciones sociales de nuestro pueblo, con un 40% de pobreza, con gran desocupación consecuencia de una política de ajuste del gobierno anterior, no todos pueden realizar la cuarentena como es necesario. Se suma a esto, la fragilidad del sistema de salud por la falta de insumos y de infraestructura adecuada. En ese escenario, desde la CEPA, centros de estudiantes y federaciones que dirigimos hemos realizado la convocatoria de voluntarios estudiantiles para diferentes tareas.
En algunos lugares, las universidades fueron realizando estas convocatorias de forma institucional, a las que nos anotamos de a miles.
En la ciudad de Santa Fe somos parte de la refacción del abandonado Hospital Iturraspe, donde también participan organizaciones sociales como la CCC.
El gimnasio de la Universidad Nacional del Comahue se ha convertido en un depósito de alimentos enviados por Nación y desde la agrupación hemos convocado a estudiantes y venimos participando de las tareas de organización de los mismos. La convocatoria a voluntarios aún no se realiza desde la institución, pero en varias facultades la lanzamos y rápidamente tuvimos buena respuesta.
En la ciudad de Rosario realizamos la vacunación de la gripe estacional con muchos voluntarios de la Facultad de Cs. Médicas, también impulsamos la recolección de donaciones de alimentos y participamos de las tareas en un comedor comunitario en el barrio la Sexta.
En La Plata organizamos la recolección en las puertas de los supermercados: montamos una mesa y en grupos reducidos invitamos a la gente a que deje algún alimento para luego hacer llegar a las ollas, que en esta situación han triplicado su demanda en muchos lugares del país.
En conjunto con otras fuerzas estudiantiles hemos solicitado al Ministerio de Educación que se generalicen al resto del país muchas de estas experiencias y otras como la fabricación de respiradores artificiales en la Universidad Nacional de Rosario, la de alcohol en gel que solo se realizan en algunos laboratorios, así como la fabricación de máscaras, barbijos y otros elementos de bioseguridad.
Se vuelve principal que la Universidad vuelque toda su capacidad técnica y científica para las necesidades del pueblo y el país en el marco del combate a la pandemia. La necesidad de partidas presupuestarias específicas para poder llevar a cabo estas acciones vuelven a poner en discusión que el dinero debe salir de los sectores que se enriquecieron los últimos cuatro años con el gobierno de Macri: bancos, monopolios y terratenientes; y también se podrían obtener recursos de la suspensión del pago de la deuda externa
Hay muchas ganas de participar en todo el país, aún en el difícil contexto esto lo demuestra la respuesta de miles de estudiantes de poder aportar algo en las convocatorias realizadas: más de 4.000 mil voluntarios en la UBA, 1.200 en la Universidad Arturo Jauretche, 1.300 en La Plata, 1.300 en Rosario, entre otras.
Hoy N° 1811 22/04/2020