Según el informe del Ministerio de Finanzas, lo que éste define como deuda pública interna y externa, en pesos y moneda extranjera, en 2017 aumentó en US$45.488 millones: subió de US$275.446 millones a U$S320.934 millones. En 2016, esta deuda pública ya había aumentado en US$34.781 millones. Lo que significa que en los dos últimos años esta deuda pública aumentó en US$ 80.269 millones.
De este total, la deuda intra sector público –como con el Banco Central, Anses y otros organismos– aumentó en U$S 16.933 millones, mientras que con los organismos internacionales, como BID o Banco Mundial, y con el sector privado, en diversos instrumentos financieros como Bonos y Letras, aumentó en U$S63.336 millones.
Durante los últimos 10 años de la gestión kirchnerista esta deuda aumentó en US$86.395 millones. En los dos primeros años de la presidencia de Mauricio Macri, el aumento ya es de US$ 80.269 millones.
En cuanto al total de U$S320.934 millones que define como deuda pública para fines de 2017, el Informe de Finanzas detalla por acreedor que US$154.666 millones –48,2%– son con residentes internos. Y que las deudas con los organismos financieros internacionales y el sector privado suman el 51,8% restante: US$166.268 millones. Esta cifra, así reducida, es la que usó el ministro Caputo para decir que la deuda equivalía a apenas el 30% del PBI.
Pero, lo primero que hay que aclarar es que se llama deuda pública sólo a la del Tesoro Nacional; no incluye la deuda en pesos y moneda extranjera del Banco Central (en Lebac y otros instrumentos financieros), los bancos y otras empresas estatales, y las provincias y municipios, u organismos que dependen de ellos. Tampoco lo que aún se adeuda del cupón PBI.
Además de esta trampa estadística, el ministro trampea al definir como deuda neta la que sólo se refiere a los acreedores residentes en el exterior, cuando parte de la llamada deuda interna está también en moneda extranjera, o viene siendo dolarizada por este gobierno. En cuanto a su crecimiento sólo habló del déficit del Tesoro Nacional, cuando también depende del déficit del Banco Central y otros organismos públicos y, cada vez en mayor medida, del creciente déficit de las cuentas externas, en particular por el déficit de las cuentas en el comercio de bienes y servicios, que es el único lugar de dónde pueden surgir las divisas genuinas, tanto para pagar la deuda externa y sus intereses, como la parte correspondiente de la deuda interna en moneda extranjera o dolarizada.
Escribe Eugenio Gastiazoro
Hoy N° 1712 11/04/2018
