A esta lista se llega después que la clase obrera estuvo en el centro de la escena política en el 2009, y está en el 2010, con luchas docentes de la Ctera y de la Conadu Histórica, estatales, de la salud, etc.
Luchas duras y largas, con grandes confluencias multisectoriales en la mayoría de las provincias; luchas de los trabajadores privados que se desarrollaron en cantidad y calidad en todo el país. Emergieron nacionalmente en la prensa, con el paro petrolero de Santa Cruz y tuvieron un salto cualitativo con la lucha de Terrabusi, que mostró que es posible enfrentar a un monopolio internacional contra los despidos, y puso el tema de que la clase obrera no quiere pagar la crisis, en la cabeza de millones. Demostró que se puede luchar y triunfar, que vale la pena enfrentar desde abajo apoyándose en una profunda democracia y en la voluntad de lucha de la mayoría.
Frente a esto, tanto la CGT como la CTA, por la hegemonía de sus conducciones, estuvieron, en el mejor de los casos, neutralizadas, pero realmente con el gobierno; y en el caso de la lucha agraria se alinearon firmemente con el gobierno. Por eso entraron ambas centrales en una contradicción violenta. Tanto Yasky como Moyano tuvieron que solidarizarse frente a la represión en Terrabusi. El efecto Kraft, que nosotros llamamos síndrome Terrabusi, puso a la defensiva, por la presión decidida de las bases, a las dos centrales sindicales.
También tomaron nota las cámaras patronales, de que se iban a enfrentar los despidos y a la vez se libraba la lucha salarial, y se enfrentaba al gobierno, a sus índices truchos y a la inflación.
Todo este proceso, el debate con el kirchnerismo, y la presencia de una fuerza como la CCC y otras -que en el marco de reagrupamientos muy amplios han librado grandes batallas, como en la propia lucha agraria- agudizó las contradicciones en el seno de la CTA, generando condiciones para esta unidad actual. Durante la lucha agraria dentro de la CTA se dio una gran tensión, entre un sector que venía articulando históricamente con la FAA y otro, con el gobierno. Esto, en el marco de una dura disputa interimperialista, donde distintos sectores de los rusos, chinos, que operan con sus agentes como Heller, influenciando sectores de los gremios y de la CTA, también agudizaron las contradicciones.
Todos estos fenómenos, particularmente la lucha popular, tornaron inaceptable para la base de la CTA y para un conjunto de sus cuadros históricos, el alineamiento con el gobierno, y se tornó complicada la posibilidad de una lista única. Se fueron delineando dos sectores: uno muy subordinado al gobierno, y embarcado junto a Moyano en armar una fuerza gremial que sostenga al kirchnerismo, y otro que no acuerda con esto.
Otro factor que incide en esta situación son los fallos de la Corte Suprema, que posibilitan cauce legal a lo que surge por abajo, que se escapa tanto de la CGT, y en muchos casos de la CTA, como un tercer jugador en la cancha. Son esos obreros que desbordan con el asambleísmo, la democracia directa, en largas y duras luchas, y que van imponiendo condiciones para legalizar lo nuevo que está surgiendo.
El caso más claro es el de los autoconvocados de la salud de Tucumán.
Un acierto político
Para nosotros esta situación tiene una doble valoración. La disputa con el kirchnerismo ha sido y es muy dura. La clase obrera, desde el 2004, 2005, se logró levantar del sablazo de la devaluación posterior al 2001, y fue enfrentando esta política, en el marco de una reactivación relativa. Hubo disposición a luchas largas, y fueron mostrando que se va cocinando una nueva generación, que nos obligó a pensar política y teóricamente estos nuevos fenómenos. Esto llevó a replantear el tema de la CTA y del conjunto del sistema sindical argentino, a la luz de lo condensado por el PCR en el Capítulo 6 de su Segundo Congreso, donde sintetiza la experiencia de las luchas obreras de fines de los 60 y comienzos de los 70.
También en aquella época hubo un desborde desde abajo, con el Sitrac, la toma de Perdriel, la lucha en IKA-Renault, y con el Smata Córdoba. Era una generación distinta que ésta, estaba la unidad obrero estudiantil, etc.
El proceso de convencernos de participar en las elecciones de la CTA llevó un tiempo. Algunos nos convencimos antes, otros después. Con mucha paciencia nos fuimos convenciendo de dar la batalla política. Si lo poníamos en el terreno de la propuesta sindical, o de la acumulación de fuerzas, estamos cruzados con la CTA. Pero si lo poníamos desde la política, estamos obligados a jugar en este reagrupamiento.
Entramos para fortalecer lo nuestro en los gremios que ya estamos de ATE, Ctera, Conaduh, Cicop, etc., tanto en lo que hace a nuestras agrupaciones, las listas, y partidariamente. Y fortalecer los reagrupamientos opositores al gobierno para mantener a la clase obrera en el centro de la escena política, luchando por lo necesario.
El gobierno tiene un problema: si bien quiere juntar a Yasky con Moyano y seguramente tiene en mente una nueva ley de Asociaciones Profesionales que contenga lo que se le desborda al actual sindicalismo; salvó la ropa a duras penas ante la inspección de la OIT, gracias a la ayuda de Yasky, porque iba a una condena por su negativa a dar la personería a la CTA. Eso lo iba a dejar muy por derecha, para su doble discurso.
Sectores de las clases dominantes maniobran para bajarle el poder al sindicalismo de la CGT, y están preocupadas particularmente por la Confederación del Transporte que maneja Moyano, que con dos paros en un mes acorralan a cualquier gobierno.
El gobierno jugó para voltearlo a Micheli dentro de la CTA. Si bien Micheli de arranque vaciló hacia el kirchnerismo, se cruzó fuerte con lo del Indec, apoyando a los trabajadores. Impulsó la lucha nacional del ATE. En una entrevista de la CTA con la presidenta en el 2008, fue el que le dijo que “estos índices son truchos y se los impone con la patota del gobierno”. Fue una entrevista muy violenta. Desde allí le pasaron muchas cosas a Micheli. Lo intentaron secuestrar, a su mano derecha lo secuestraron. Algunos dicen que su grave enfermedad fue producto de un “té cargado”.
El gobierno hasta hace dos o tres días siguió trabajando para que se bajara Micheli y encontrar un candidato de transacción. Esto finalmente no se dio por la propia resistencia de él y un conjunto de cuadros de la Germán Abdala 1. Nosotros trabajamos a fondo por la unidad y estábamos precavidos por si el gobierno lograba imponer sus presiones o subordinar a estos sectores críticos y por lo tanto teníamos una lista preparada, si no se daba la unidad. Trabajamos a fondo por la lista unitaria contra Yasky, en todos lados. Estamos muy contentos. Desde ya con distintos ritmos, todo el mundo se zambulló en el armado de las listas. No ha sido fácil. Cuatro reuniones nacionales nos ayudaron mucho.
Arrancamos con un acierto político muy importante, que fue la unidad con los compañeros del MST. Esta unidad permitió ser los articuladores de la Lista Lila. Nos quisieron descuartizar desde el kirchnerismo, desde el PC de Echegaray, tironeados por el PO y el PTS. Todos saben que la Lila en la anterior elección sacó el 26%, y que esta vez, después de haber sobrevivido como coordinación durante cuatro años, logramos que la Lila sea una gran lista, que refleja las luchas de estos últimos años, en muchas provincias. La Lila es un poderoso instrumento político en la propia negociación con la Lista Germán Abdala 1, de la CTA. Porque la Germán Abdala 1 tuvo poco y nada en la Lila, y la batalla por la CTA no se gana sin una gran elección en Ctera: ganarle a Maldonado en Ctera para ganarle a Yasky en la CTA. Grave error político han cometido el PO, el PTS y otros: por una política ciega y sectaria, le van hacer el juego a Yasky y a los Kirchner.
Esta unidad potencia a la Lila, y vamos a una gran batalla, porque del otro lado tenemos intendentes, gobernadores y el poder ejecutivo nacional. Creemos que el gobierno va a hacer un chiquero con las elecciones de la CTA, fraudes de todo tipo, etc. No hay ningún gobierno provincial, del signo que sea, que quiera la CTA en manos de la Germán Abdala 1 con esta unidad.
Público, programático y equitativo
Nosotros fuimos a la discusión de la unidad con un planteo que hacemos siempre: que el acuerdo sea público, programático y equitativo. Planteamos toda nuestra línea programática, desde no pagar la deuda ilegítima y usuraria, salario inicial igual a la canasta familiar, etc., etc. Nos fueron diciendo que estaban de acuerdo en los contenidos. La síntesis programática de la lista se expresa por la democracia, la libertad, la autonomía, el salario, soberanía nacional, la unidad latinoamericana, muy amplias. En algunos lugares hemos podido profundizar en los programas. Y la consigna que unifica todo es “Sin el gobierno, sin los patrones. CTA de los trabajadores”.
En el curso de las negociaciones, decidimos ir al acto del 31 de julio de lanzamiento de la Germán Abdala 1, si bien todavía no habíamos cerrado el acuerdo. Fue un gran hecho, ellos mostraron lo que se estaba trabajando unitariamente, por encima de lo que aspiramos. Tuvimos cinco compañeros del Frente en el escenario, y habló Lidia Braceras por la CCC, y el compañero Pacanini por el MST. Cuando lo público pasa, es como en el parto de un chico: si pasa la cabeza, seguramente va a pasar el cuerpo. Fue un hecho político de trascendencia, anticipado por el acto frente al Congreso en reclamo del 82% móvil para los jubilados, que hicimos de manera conjunta. Empujamos el paro nacional y un plan de lucha intenso por la reapertura de paritarias, estatal y privada. La campaña electoral de la CTA debe realizarse en las calles.
El hecho de tener al candidato a secretario de Organización, nuestro compañero docente Darío Perillo, es muy importante por varias razones, además de las dos vocalías que tendremos. Por un lado, con esta Secretaría el frente unidad y lucha entra en la “mesa chica” de las decisiones de la CTA. Están desde ya el secretario general y los adjuntos, pero el de Organización participa de las decisiones cotidianas. Nosotros planteamos dos cargos en la directiva, y obtuvimos uno. Pero muy importante, que refleja un cambio político de calidad en las relaciones.
Tuvimos en cuenta el conjunto del país, y hemos hecho un primer paso exitoso, en un camino que recién empieza. Ahora vamos a la campaña por la Ctera primero, y por la CTA después. El 2 de septiembre son las elecciones de Ctera, y el 23 del mismo mes, las de la CTA. Hay que desplegar con todo, porque van a ser elecciones muy difíciles.
Logramos integrar listas en prácticamente todos los distritos del Gran Buenos Aires. También en la provincia de Buenos Aires, y en Capital Federal. Somos parte de listas integradas en casi todo el país. Tuvimos dificultades en algunos lugares. El trabajo desplegado ha sido muy exitoso. Somos conscientes que tendremos una presión “ctaísta”, pero bienvenida sea. Lo resolveremos, como resolvimos correctamente nuestra participación en la lucha agraria. Es muy importante lo que hemos hecho, y creo que tenemos que ir a fondo con la Lista Lila en docentes. Por eso nuestro candidato a secretario de Organización en la CTA es el compañero Perillo, la cabeza articuladora de la Lila, nuestro más experimentado cuadro docente en todo el país. Por eso repito que la batalla hoy es: ganarle a Maldonado, para ganarle a Yasky.