La inteligencia y la vigilancia revolucionaria son áreas específicas de la política. Como enseñaron Clausewitz y Lenin, la guerra es la política por otros medios y es fatal aplicar en la guerra los métodos de la política (o viceversa). Así mismo, es fatal aplicar en la vigilancia revolucionaria los métodos habituales en la política, como predican los reformistas. No se puede descubrir a un agente infiltrado simplemente con los métodos de la política y los principios orgánicos. Son necesarios los frentes específicos. Si el agente es un “topo”, más aún si es un buen “topo”, su objetivo es infiltrarse hasta determinado nivel. Lenin decía, hablando de las células obreras, que había que “crear una organización capaz de hacer inofensivos a los espías, descubriéndolos y persiguiéndolos. No se puede destruir a todos los espías, pero se puede y se debe crear una organización que los desenmascare y que eduque a la masa obrera”.
02 de October de 2010