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30 de March de 2016

Este 2 de abril debe ser un jalón más en la lucha por la reconquista de todos los territorios usurpados por el imperialismo inglés.

Las Malvinas son argentinas

En el bicentenario de nuestra Independencia

Tras la visita de Obama, y a pocos días de cumplirse el 34 aniversario de la reconquista de las Islas Malvinas, Macri se refugió en la estancia del magnate inglés Joseph Lewis.

Tras la visita de Obama, y a pocos días de cumplirse el 34 aniversario de la reconquista de las Islas Malvinas, Macri se refugió en la estancia del magnate inglés Joseph Lewis.
Es la segunda oportunidad en que Macri va a “descansar” a la estancia del “Lago Escondido”, el latifundio de 13.000 hectáreas que el ricachón británico tiene reservadas para su exclusivo disfrute. Los argentinos no podemos ingresar al Lago Escondido, una de las bellezas naturales más apreciadas en el mundo, porque el británico amenazó con correr a tiros a quien quisiera ejercer el derecho de disfrutar la belleza natural argentina. No faltó oportunidad en que se produjeron choques con vecinos de zonas lindantes y militantes populares que reclamaban su derecho a transitar libremente por los caminos que conducen al Lago. Esto ocurrió ante la total indiferencia del gobierno de Cristina Kirchner.
Lewis no es cualquiera. Séptima fortuna inglesa, pertenece al selecto grupo de los 300 más ricos del mundo, es el dueño del aeropuerto en la localidad de Puerto Lobos, Río Negro. Se trata de una pista superior a la del aeropuerto de la Ciudad de Buenos Aires, en la que pueden descender aviones de gran porte como los que usa la OTAN. El aeropuerto de Lewis, Joe, para los amigos, está a solo dos horas de la base militar británica en Malvinas, Mount Pleasant. Fue concedido por Nilda Garré, siendo ministra de “indefensión” nacional, en el primer gobierno de Cristina Kirchner, con el aval de ésta. Lewis aspira a construir un segundo aeropuerto, justamente en su estancia del “Lago Escondido”. El aeropuerto de Río Negro se integra con el dispositivo militar que componen las instalaciones militares de las islas de Santa Elena, Tristán da Cunha, Malvinas y Georgias; y que tiene como cabecera a Malvinas, en la base Mount Pleasant, donde están estacionados 1.500 soldados británicos, aviones cazabombarderos ultramodernos “Thipon”, buques de guerra, etc., y es parte del sistema militar de la OTAN; allí los submarinos nucleares británicos que portan misiles intercontinentales Trident, de cabezas múltiples, tienen un punto de apoyo estratégico para sus operaciones militares.
 
De Lewis a Cameron
Producida la primera ronda de las PASO, Macri fue a “descansar” a la estancia del Lago Escondido de Lewis. Allí, sin duda, se tejieron acuerdos que se pudieron visualizar en Davos, cuando la entrevista con el premier Cameron. Macri, al terminar la entrevista con el premier inglés, alabó la reunión e hizo referencia al “paraguas” para la cuestión Malvinas. El Ministerio de Relaciones Exteriores británico, por su parte, caracterizó como muy positiva la reunión y reafirmó que la cuestión de soberanía no está ni estará en discusión.
Pocos días después de la reunión de Macri con Cameron, el ministro de defensa británico Michael Fallon, visitó las Islas Malvinas. El funcionario aclaró que, más allá de todo diálogo, la soberanía no es un tema que estén dispuestos a discutir: “El derecho de los isleños de decidir su propio futuro fue solucionado hace 30 años (durante la guerra colonialista), y confirmado en el reciente referéndum”. También afirmó que, desde la asunción de Macri, “Argentina ya no es una amenaza”, poniendo de manifiesto el cambio de alineamiento que impulsa el macrismo.
Los ingleses justifican su ocupación colonialista con dos argumentos insostenibles: respetar el deseo de los kelpers de ser británicos, algo lógico, porque son británicos, y el derecho a la autodeterminación, que no corresponde, porque los kelpers son parte del pueblo británico. No constituyen ni una nación ni un pueblo diferente al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. 
El derecho a la autodeterminación tuvo un gran desarrollo en el proceso de descolonización, y reconoce resoluciones de las Naciones Unidas como la 1514 o la 2625, que incluyeron a Malvinas como parte del proceso de descolonización en el mundo. Esas resoluciones obligaban a Inglaterra a discutir con la Argentina la restitución de los territorios usurpados reconociendo los intereses de los kelpers, lo que Argentina siempre aceptó. 
Los kelpers fueron y son británicos y constituyen una total minoría de alrededor de 500 habitantes sobre los 2.000, o algo más que pueblan las islas; el grueso de la población restante, está compuesto por burócratas de la corona y personal militar de los usurpadores.
 
El paraguas de soberanía: una imposición inglesa
El paraguas de soberanía que Macri presenta como una excelente solución para avanzar en acuerdos diversos, en realidad es para negar el único tema que puede interesarle a la nación argentina, el de su integridad territorial, cercenada por la ocupación colonial británica. Es una imposición establecida en los llamados Acuerdos de Madrid, plenamente vigentes. Los Acuerdos de Madrid son la viga maestra de las relaciones políticas, diplomáticas y militares entre Inglaterra y Argentina tras la derrota de la batalla por Malvinas del 14 de junio de 1982. Representa la rendición de los sucesivos gobiernos ante la prepotencia colonialista británica.
En el Acuerdo firmado en octubre de 1989, se impuso la fórmula inglesa del paraguas de soberanía, y en el de febrero de 1990, el control de policía de parte del Reino Unido sobre los sistemas de defensa argentinos, incluido el instrumento militar de las fuerzas armadas. Los Acuerdos de Madrid fueron negociados por Caputo-Alfonsín, firmados por Cavallo-Menem (dada la salida anticipada de Alfonsín del gobierno) y mantenidos por los sucesivos gobiernos de De la Rúa, Duhalde, Néstor y Cristina Fernández. La Argentina tiene derecho a denunciar esos Acuerdos como lo establece en uno de sus articulados los mismos. Su persistencia resulta perjudicial a los intereses soberanos de la nación.
La canciller Malcorra afirmó que la Argentina está dispuesta a “colaborar” con el usurpador en tareas de investigación y otras en el Atlántico Sur. Distintas fuentes afirman que ya hay un acuerdo para esa “colaboración”: el Banco Boodward que en la toponimia argentina es conocido como el Banco Namuncurá. El banco tiene importancia estratégica debido a la presencia en él de cuencas petroleras y gasíferas inexplotadas. El banco forma parte de la zona económica exclusiva Argentina, pero su tercio oriental y pequeñas áreas de su parte norte han sido incluidas por el Reino Unido, desde el 22 de agosto de 1994, en la Falkland Islands Outer Conservation Zone (Zona de Conservación Externa de las Islas Malvinas) al extender este país su reclamo de jurisdicción en esta zona hasta las 200 millas náuticas de las líneas de base costeras de las islas Malvinas. Hecho que no ha sido aceptado por la Argentina.
Días pasados, “en lo que constituye un fuerte avance jurídico en materia de reafirmación de los derechos soberanos de la Argentina sobre los espacios marítimos y sus recursos en el Atlántico Sur” (La Nación, 27/03/2016), la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de las Naciones Unidas, adoptó por consenso las recomendaciones sobre la presentación argentina del límite exterior de su plataforma continental, es decir, el límite más extenso de la Argentina y que refuerza, de hecho, el reclamo de soberanía en el Atlántico Sur, en la disputa con el Reino Unido. Este hecho positivo para los intereses argentinos, refuerza la necesidad de tomar decisiones soberanas en torno a la cuestión Malvinas y los más de cinco millones de kilómetros cuadrados de territorio argentino que aspira a colonizar el Reino Unido, y que el gobierno de Macri por lo actuado hasta ahora, no tiene en vista sostener.
 
El bicentenario de la independencia nacional y la cuestión del Atlántico Sur
En próximo 9 de julio se cumplirán 200 años de la declaración de la independencia nacional en Tucumán. Dice el acta independentista: “Es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli.” El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una modificación a la fórmula del juramento. Donde decía “independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”, se añadió: “…y toda otra dominación extranjera”.
Nuestra nación, tiene parte de su territorio ocupado por una potencia militar extranjera. El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, actor clave en el sistema militar occidental reunido en la OTAN, no solo ocupa territorios legítimamente argentinos, sino que aspira a usurpar más de cinco millones de kilómetros cuadrados que incluyen islas del Atlántico Sur, plataforma continental, y la proyección antártica argentino-chilena. Desde sus bases militares en Malvinas y en Georgias, no solo amenaza la integridad continental de nuestro país, sino de América del Sur, ya que desde esas bases militares puede actuar en cualquier zona de nuestro subcontinente. Este 2 de abril próximo, debe ser un jalón más en la lucha por la reconquista de todos los territorios usurpados por el imperialismo inglés, y por cumplir el mandato de los patriotas reunidos en el Congreso de Tucumán, de hacer libres de toda dominación extranjera a nuestra querida nación.