Sr. Presidente, quiero antes que nada mandarle mucha fuerza a nuestro compañero Oscar Monzón de Salta, que como contó Verónica Caliva está peleando por su vida tras un gravísimo accidente.
Mucha fuerza para sus hijos e hijas, y para todos los compañeros y compañeras en este momento tan doloroso y difícil.
Sr. presidente, estamos discutiendo un tema muy importante y profundo, que lleva largas décadas de lucha del movimiento de mujeres y feminista en nuestro país y en el mundo. Cada conquista y cada avance del movimiento de mujeres es producto de duras luchas. Que estemos discutiendo esta ley nuevamente en el Congreso es un triunfo de la lucha de las mujeres, de esa marea verde que se puso de pie, de la pelea histórica de la Campaña por el Aborto Legal y Seguro, y de compañeras claves en la historia de ese movimiento, entre ellas nuestra querida Clelia Iscaro.
Para entender la magnitud de algunas cosas en relación al debate que estamos haciendo Sr. presidente, quería recordar que para los casos de violación o donde exista riesgo de vida para la mujer, el aborto está permitido en la Argentina desde 1921. Pero recién en el año 2012, ¡91 años después!, se elaboró el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo que garantiza la accesibilidad a un derecho que las mujeres tienen desde hace 100 años en nuestro país.
Las mujeres abortan desde hace miles de años, independientemente de su clase social, religión, de sus creencias, e incluso a sabiendas del riesgo de muerte en esa práctica. Por lo tanto, insistimos, que frente a algo que sucede inexorablemente la discusión real es: si será clandestino o legal.
Es decir, no estamos a favor del aborto en sí mismo, estamos en contra de la clandestinidad y de las injusticias sociales que esa práctica genera de hecho. Nadie promueve el aborto, las mujeres no quieren llegar a esa situación, mucho menos se usa el aborto como método anticonceptivo. Pero los abortos, por múltiples razones suceden. Resolver este tema en favor de las mujeres del pueblo implica que todas tengan acceso a un aborto seguro, es un problema de salud pública y justica social.
Es fundamental garantizar la Educación sexual para que las mujeres puedan conocer, planificar y decidir, como así también que existan políticas activas de salud sexual y reproductiva. También es muy importante que junto a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, hayamos aprobado la “Ley de atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia”, conocida como la “Ley de los 1000 días”, porque para que haya derecho a decidir hay que garantizar las condiciones necesarias para que cualquiera pueda continuar con su embarazo en cualquier contexto si así lo desea.
Y fundamentalmente, es necesario terminar con la clandestinidad y legalizar el aborto para que las mujeres dejen de morir o queden mutiladas en sus órganos reproductivos.
Quiero decir Sr. presidente, que siento un orgullo tremendo por las mujeres de nuestro país, por su lucha y su persistencia. Porque vivimos en una sociedad patriarcal, donde las mujeres son oprimidas. Son las primeras en quedarse sin trabajo, son las que se hacen cargo de los hijos, las hijas y también de nuestros ancianos. Son las que más sufren en el campo. Son las que sufren una muerte cada 26 horas por el sólo hecho de ser mujer.
Pero también hay que decir, que son las primeras en salir a pelear, siempre. Hay una historia muy grande en nuestro país, solo voy a dar dos ejemplos: cuando vino la noche oscura de la dictadura militar de 1976 fueron las mujeres las que dieron el paso al frente, y nacieron las Madres de Plaza de Mayo que hoy son bandera en todo el mundo. Y en los 90, cuando el menemismo avanzó con el cierre de fábricas, la desocupación y el hambre, y muchos de nosotros los varones estábamos deprimidos en las casas, fueron las mujeres las que pararon ollas populares y comedores, y las que llenaron las rutas de este país con las organizaciones sociales para enfrentar la entrega menemista.
Las mujeres argentinas construyeron durante 35 años los Encuentros Nacionales de Mujeres que son únicos en el mundo, y avanzaron con movimientos masivos para pelear por sus derechos y sus vidas, como es el #NiUnaMenos o esta marea verde que recorre nuestro país.
Las mujeres están de pie y dispuestas a avanzar por cada uno de sus derechos, dispuestas a transformar todo lo que tenga que ser transformado. Eso, inexorablemente y más temprano que tarde, se abrirá paso en nuestro país le guste a quien le guste.
Muchas gracias