1. La mentira macrista
A 2 semanas de las elecciones, Cambiemos celebra el triunfo de Gustavo Valdés, el domingo pasado, en Corrientes. ¿Cuál es el cambio? Hace 16 años que gobiernan las mismas familias, el 40% de los correntinos son pobres y el 9,3% están en la indigencia (datos del Indec).
1. La mentira macrista
A 2 semanas de las elecciones, Cambiemos celebra el triunfo de Gustavo Valdés, el domingo pasado, en Corrientes. ¿Cuál es el cambio? Hace 16 años que gobiernan las mismas familias, el 40% de los correntinos son pobres y el 9,3% están en la indigencia (datos del Indec).
Las “celebraciones” del macrismo son así. Se llenaron la boca con una pequeña baja de la pobreza en el país, no dijeron que esa “mejora” es menos de la mitad de los argentinos que este gobierno empujó a esa situación. Tampoco dijeron que, gracias a sus políticas, hoy hay 50.000 indigentes más. Siguen provocando hambre, siguen recortando los fondos de la emergencia social y se niegan a declarar la emergencia alimentaria.
¿No vio Macri el Feriazo en la Plaza de Mayo?Los pequeños y medianos productores vendieron sus verduras y frutas al precio que les pagan los intermediarios y las cadenas de supermercados: $3 el kilo de zanahorias que venden a $25 en las góndolas, $7 la lechuga que está a $59 en los súper. Ahorcan al campesino y llenan los bolsillos de los monopolios del comercio.
Después de las elecciones hasta diciembre, tarifazos: un 8% a la nafta (lleva el 50% este año) y electricidad en noviembre. En diciembre 44% de aumento al gas (ya aumentó este año un 400%).
2. La nueva oligarquía macrista
Batiendo todos los récords, el ministro de Interior, Frigerio, declaró que “lo importante es por primera vez en la historia de la Argentina elegir [en 70 años] un rumbo correcto”. Es decir, desde Perón a los Kirchner, todos fueron fracasos, y con Macri la Argentina se va para arriba. ¿Por qué 70 años y no 100? Porque admiran a aquella oligarquía vacuna, proveedora de carnes y alimentos a los ingleses y otros imperialismos europeos; oligarquía que vivía en el lujo y los placeres mientras el pueblo estaba en la miseria. Es lo que dice Macri: una Argentina que sea “supermercado” del mundo.
La TV y los diarios del sistema ya han creado el clima del macrismo ganador de las elecciones, para que haga lo que tiene que hacer: lostarifazos y las reformas laboral, previsional e impositiva, la concentración y extranjerización de la tierra, liquidar la educación pública transformándola en escuela de oficios; y terminar de liquidar la salud pública financiando, con los aportes de los trabajadores a las obras sociales un seguro social berreta. Esta es la decisión de los 200 monopolios y los oligarcas latifundistas que manejan la Argentina de Macri.
Ya hay 450 convenios firmados a la baja. A los mecánicos les inventaron una categoría nueva con un convenio que liquida gran parte de sus conquistas. El gobierno negocia con los bancos un acuerdo para el 2018: aumento de salarios entre el 8 y el 12%, mientras los bancos calculan una inflación del 16% y una devaluación del peso del 20%. Lo dijo Palazzo, secretario de la Bancaria.
3. Vienen por todo
Decenas de miles de mujeres marchan a su Encuentro Nacional en el Chaco, del 14 al 16 de octubre. Sufren el hambre de sus familias, la desocupación y el brutal aumento de todas las formas de violencia contra ellas. El gobierno habla pero no hace nada de fondo. Mantiene la receta de actuar cuando ya son víctimas. La Justicia y la Policía son parte del problema, no de la solución. Ellas están a la cabeza de las luchas, son un ejemplo nacional e internacionalmente.
Siguen su plan de lucha los trabajadores del Astillero Río Santiago: el macrismo lo está vaciando. Hubo movilizaciones por la emergencia alimentaria y otros reclamos en la Capital Federal, Córdoba, Comodoro Rivadavia y en Villarino.
De espaldas a los sufrimientos de los trabajadores y el pueblo, el Confederal de la CGT facultó al Consejo Directivo a “continuar el diálogo con el gobierno” y evaluar la situación después de las elecciones. Nada de paro nacional. Los felicitó Triaca, el ministro de Trabajo. Ninguno de los Moyano (Hugo, Pablo y Facundo), fueron a la reunión cegetista.
El macrismo viene a liquidar las conquistas económicas del movimiento obrero, pero no solo a eso. Viene a liquidar lo que históricamente ha sido la fuerza de la clase trabajadora: su unidad para la lucha, sus convenios colectivos por rama y, sobre todo, sus cuerpos de delegados y comisiones internas. Esto es lo que quiere decir el ministro Frigerio cuando propone una Argentina de 70 años atrás: la de la llamada década infame. Cuando no había derecho de huelga y frente a cada protesta había represión y cárcel.
Llevar a las asambleas, cuerpos de delegados y comisiones internas la discusión sobre la necesidad y la urgencia de un paro nacional, es la gran batalla política del momento actual. No puede haber tregua contra el ajuste, la entrega y la represión de Macri cuando ya están en curso sus planes contra los trabajadores, los productores agrarios, las mujeres y los jóvenes.
4. Discutir en las fábricas el paro nacional
Macri volvió a polarizar el escenario político. En esa pelea con Cristina, apuesta a ganar el voto de gran una parte del pueblo que no quiere volver a la soberbia y la corrupción K. Trabaja, además, con el chantaje de la “caja” y la “gobernabilidad”, sobre las provincias y municipios que no gobierna, frente a un peronismo ocupado en negociar las finanzas de provincias y municipios que gobierna.
En estas elecciones, no está en juego quién va a ser el próximo presidente. Está en juego el ajuste, la entrega y la represión, que ya se aplica, y que van a ir a fondo, después de las elecciones. Es el plan de los 200 monopolios y la oligarquía latifundista, más allá de sus peleas en un país disputado entre varios imperialismos como es el nuestro.
Tarifazos, precarización de la educación y la salud y aumento de los impuestos que paga el pueblo para “sanear el presupuesto”: o sea, hacerle pagar el ajuste al pueblo. Precarización y flexibilización del trabajo y aumento de la edad de jubilación para “bajar el costo laboral”: o sea, aumentar las superganancias de monopolios y oligarcas terratenientes. Liquidar las ramas de producción que “no sean competitivas”: o sea, liquidar la pequeña y mediana industria y las economías regionales, que son la principal fuente de trabajo del país.
La divisoria de aguas, en todos los terrenos, es entre el plan de ajuste, entrega y represión de Macri y la unidad para la lucha social y política de todos los que se oponen a ese plan. Es trabajar para el paro nacional activo y multisectorial para torcerle el brazo a ese plan antipopular y antinacional o darle tregua.
Es acumular fuerzas para un gran frente popular y nacional dispuesto a enfrentar y derrotar esa política reaccionaria y barrer al Estado oligárquico imperialista que la sostiene. Y crear las condiciones para sean los trabajadores, los campesinos, las mujeres, los jóvenes y demás sectores populares los que construyan un nuevo Estado y tomen en sus manos su futuro.