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27 de February de 2017

Reproducimos una carta de Lore, compañera de la Casa de las Mujeres Norma Nassif de Tucumán, que nos cuenta cómo vive la discusión y organización del próximo 8 de Marzo.

“Las mujeres tucumanas nos movilizamos y paramos”

8 de Marzo

Este 8 de Marzode 2017 nos encuentra a las mujeres particularmente movilizadas. No recuerdo, al menos en los últimos 10 años, haber iniciado la discusión y organización alrededor de esta fecha tan tempranamente. Lo celebro, celebro esta efervescencia, en este momento del mundo y de nuestro país, donde impacta un recrudecimiento tan claro de un capitalismo salvaje, que con saña se vuelca sobre los sectores oprimidos y sobre las más pobres entre los pobres, las mujeres.

Esta situación me ha interpelado en política y, lógicamente, en lo personal. Estos días no pude dejar de pensar en una foto, la que me tomaron el primer 8 de Marzo que marché luego de haber sido víctima de violación. Habían transcurrido sólo 4 meses, de allí el valor para mí de ese hecho, donde nuevamente lo personal se une a lo político, marchar junto a mis compañeras de la Casa de las Mujeres Norma Nassif, junto a las mujeres de la CCC, llevar el redoblante, subir al escenario y junto con otras representantes de organizaciones de mujeres tener una entrevista  con el gobernador, en aquel momento Alperovich.

La foto es del 2004, y desde entonces las mujeres tucumanas seguimos marchando y organizándonos en defensa de nuestros derechos.

Transitando mi particular recorrido en este amplio movimiento de mujeres, aprendí que posicionarse en el lugar de víctima no es una mala palabra, permite reconocer el papel subordinado que todas las mujeres, en todas las sociedades, tenemos. Permite plantear desde allí que nuestros derechos están siendo vulnerados  y permite exigir que sean reparados. No es victimizarse, es reconocer con claridad nuestras condiciones, fácilmente comprobables estadísticamente o simplemente mirando a las mujeres que tenemos a la par, nuestras amigas, compañeras de trabajo, vecinas, hijas. Desventajas laborales, maternidad forzada, esclavitud doméstica, violaciones, abusos, trata, femicidios, son formas en que eso mismo se expresa. Algunas, desde ya, más cruentas que otras, todas muestran el lugar que las mujeres tenemos reservado socialmente. Negarlo nos impide avanzar. Reconocerlo no implica reafirmarlo, ni mucho menos acordar con eso. Nadie discute que las feministas sobre esta situación de desventaja hacemos un juicio de valor, está mal, es injusta y que vamos también desarrollando prácticas, estamos dispuestas  y decididas a hacer algo para cambiarla.

Ese es el camino que nos muestran los Encuentros Nacionales de Mujeres. Enmarcada en esas convicciones nació nuestra Casa de las Mujeres Norma Nassif, un lugar de Encuentro, Organización y Lucha. Ese es también el camino que a muchas nos permitió avanzar. Estoy convencida que si este 8 de Marzo, una vez más, logro marchar y participar del acto, es por la fuerza de mis compañeras. Por ellas estoy de pie.

También aprendí que la manera en la que vamos comprendiendo esto – me refiero al lugar subordinado que la sociedad tiene reservado para nosotras, en todos los ámbitos en los que nos va tocando transitar, la educación, el trabajo, la cultura, la maternidad, la política – se va hermanando con las prácticas, con lo que hacemos para cambiar condiciones tan injustas. En este sentido, cuanto más avancé fue al lado de mis compañeras, las mujeres sencillas, las desocupadas, las trabajadoras, las que tienen que garantizar que sus hijos tengan un plato de comida en la mesa y puedan ir a la escuela. Por eso no acepto estereotipos ni jerarquías  a la hora de luchar, no acepto que haya un sector de avanzada, iluminado, llamado a marcar el camino para las demás mujeres que “no entienden”. Justamente nosotras, las mujeres, sabemos especialmente cuánto pesan los estereotipos y jerarquías, cuánto nos dividen y achican nuestro movimiento.

“Las mujeres llevan sobre sus espaldas la mitad del cielo y deben conquistarla. Si esta permanece serena, las tempestades revolucionarias que deben barrer el viejo mundo, se reducirán a nubarrones pasajeros” (Mao Tsetung).

Las mujeres avanzamos realmente cuando la lucha por nuestros derechos se hermana con la lucha de clases, cuando reconociéndonos integrando los sectores oprimidos, somos capaces de plantear nuestras particularidades. Por esto, este 8 de Marzo “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, las mujeres tucumanas nos movilizamos y paramos, junto al conjunto del pueblo, para hacer escuchar nuestros reclamos y poner en discusión la doble opresión que sufrimos, por pertenecer a la clase trabajadora y por ser mujeres.

 

Lore, compañera de la Casa de las Mujeres Norma Nassif de Tucumán