Tras “el ingreso correspondiente al cuarto tramo del crédito stand by (crédito sostén) con el Fondo Monetario Internacional por un equivalente de u$s10.835 millones”, el Banco Central registró una suba de sus reservas internacionales brutas a u$s77.478 millones.
Sin embargo, esta información es engañosa. La mayor parte de ese total no son propios del Banco Central ya que en su mayoría corresponden a créditos de intercambio de monedas con China y el banco de Basilea en Suiza que suman unos 22.000 millones de dólares, u otros de préstamos a corto o mediano plazo que habrá que devolver, y los de los ahorristas que depositan plazos fijos en moneda extranjera en los bancos y no están prestados a los exportadores (otros u$s14.000 millones), además de los del tramo de FMI (u$s10.800 millones) autorizado a venderse diariamente por el Tesoro, aunque sea en dosis homeopáticas de u$s60 mil hasta que se venda todo.
El concepto que habría que usar, que es el que monitorea el FMI y miran los usureros imperialistas para conocer la capacidad de pago del país y evaluar su “riesgo”, es el de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Estas, según los cálculos más optimistas, apenas llegarían a los u$s25.000 millones. Cifra que no alcanza a ser un tercio del total informado por el Banco Central. Reservas que seguirán disminuyendo con el libre manejo de los dólares por los usureros imperialistas y los monopolistas de las exportaciones a costa de la “quema” de nuestras reservas genuinas, como ocurrió con el intento de frenar la crisis cambiaria de marzo que no evitó la devaluación del peso argentino en más del 100%, con la pérdida de u$s15.000 millones de reservas, el aumento de la deuda del Banco Central elevando las tasas de interés que paga a los bancos a más del 70% y la congelación de la base monetaria, que ahogan la economía nacional. Con la flexibilización en el uso de las reservas del Banco Central y de su participación en los mercados de futuro acordados ahora con el FMI –que ya han elevado el precio de ese dólar a $63 para diciembre– continuarán agudizándose las tensiones cambiarias.
Las tasas de interés usurarias, por más elevadas que sean, ni siquiera aminoran el ritmo de la inflación como sostienen los economistas del régimen. Al contrario, la aceleran más por el mayor endeudamiento y su costo financiero que refuerzan la estructura latifundista y dependiente que oprime al país y agrava su estrangulamiento interno y externo. Por eso el macrismo tiene el sostén político de los usureros imperialistas del FMI y en particular del gobierno estadounidense, ratificado por su presidente tras su reciente conversación telefónica con Macri: “El presidente Trump expresó su fuerte respaldo a la agenda económica favorable al crecimiento (¡sic!) del presidente Macri y a los avances que ha hecho en la modernización de la economía argentina”, dijo el comunicado de la Casa Blanca.
La política del macrismo y el FMI no hace más que seguir hundiendo al país en la monoproducción primaria (minera y agraria) y la desindustrialización, en beneficio del capital usurero imperialista y sus pocos socios en la monopolización del suelo y las finanzas. Estos dominan lo fundamental de la producción y el comercio nacionales decidiendo que se produce, como se produce y como se distribuye. Así la inflación sigue vivita y coleando, continúa la devaluación del peso argentino y lo único que crece es el empobrecimiento generalizado de la mayoría de la población del país.
Hoy N° 1766 15/05/2019