Al momento de realizar esta nota, la compañera Malvina analizaba como un gran paso la firma del convenio entre el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad y el Ministerio de Agricultura, donde se largaron tres líneas específicas para las mujeres rurales, que tienen que ver con el financiamiento de herramientas, con el impulso de proyectos pospandemia, y de reforzar las unidades productivas para las mujeres que están en situación de violencia. “Pienso que están buenos, pero hay que ver cómo se van desarrollando”, dice la compañera.
Según cuenta Malvina, para este proyecto se estarán destinando 600 millones para este año. Para este logro, cuenta que han ayudado mucho los conversatorios. Y destaca además la importancia de la jornada del 30 de septiembre por la emergencia en violencia contra las mujeres, en la que se buscó mostrar las problemáticas de las mujeres rurales: “Hemos ido organizándonos, sumándonos a iniciativas que se venían haciendo en distintos lugares y empezamos a debatir para ver reclamos puntuales de la mujer campesina, y entonces fueron saliendo algunas consignas para trabajar”. En esa jornada, una de sus consignas fue “Las mujeres queremos ser reconocidas”.
“Una de las cuestiones que surgió es la falta de acceso a la tierra. Esto se da por el solo hecho de ser mujer, porque se piensa que no tendríamos la capacidad para trabajar en la finca, o por el hecho de tener los hijos. Si una mujer quiere alquilar o contratar para producir, las posibilidades se cierran, cuando en realidad la mujer es la que trabaja la finca.
“También se plantea el acceso a la vivienda. La violencia de género que siempre estuvo pero se ha visibilizado más la situación con la pandemia.
“La dificultad de la comercialización ha hecho que muchos varones se sientan parados para trabajar, pero las mujeres han tomado iniciativa de los reclamos, para lograr la moneda para la familia. La violencia de género en varias provincias se ha ido haciendo visible. Ha sido bastante duro pero lo vamos tomando de a poco”.
En lo que respecta al abordaje y seguimiento de esta problemática, Malvina cuenta: “En Mendoza tenemos en la FNC una responsable de género, vamos aprendiendo desde la práctica. Desde la Corriente y la FNC vamos acompañando a las mujeres que van teniendo distintas situaciones. La gran dificultad que tenemos es que al estar en zonas rurales, cuando pasa algo, si no disponés de algún vehículo es muy difícil de resolver. Hay varias compañeras que van acompañando, pero se hace difícil que algunas mujeres puedan acceder al trabajo, a profesionales, centros de salud, postas sanitarias.
“Desde la FNC se viene impulsando el espacio de la mujer campesina, donde vamos dando el debate en distintos lugares para que las compañeras vayan tomando el tema. En el último congreso de la FNC se volvió a ratificar el espacio, y este año se han sumado más compañeras, dando el debate para que se tome. Hemos tenido varias reuniones para ir compartiendo las realidades que se viven en distintos lugares, y en función de eso viendo las problemáticas y definiendo las consignas e ir organizando el reclamo de las mujeres.
“En la jornada del 30 se plasmó un poco más el reclamo del acceso a la tierra, a la vivienda, el acceso a espacios en épocas de cosecha o de siembra, donde se llevan los hijos, de tener la posibilidad de disponer de espacios o guarderías. El objetivo es ir ajustando las consignas y cómo vamos armando ese gran programa de las mujeres que necesitamos que se vaya exigiendo en los municipios, las provincias, en lo nacional”, finalizó.
Hoy N° 1837 21/10/20