En el discurso de bienvenida, la Comisión Organizadora del XXVII Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Posadas, expresaba: “En Misiones la pobreza no solo tiene nombre de mujer también tiene rostro y cuerpo de mujeres. María Ovando de 36 años madre de 12 hijos, vio morir en sus brazos a la más pequeña. En un arranque de desesperación y terror la enterró cerca de un arroyo. María, es analfabeta, vivía en la extrema pobreza y era víctima de violencia familiar. ¡Culpable! de ser pobre, de ser mujer. En María podemos resumir el dolor de miles que ven consumirse a sus hijos en el hambre y la miseria, llenando el sistema carcelario señaladas como culpables de lo que en verdad son víctimas.” Así las presentes en la apertura, pudimos empezar a contactarnos con la realidad de María Ovando. Siguieron las firmas que tantas estampamos en el petitorio que exigía su libertad. De esta forma, la historia de María Ovando comenzó a nacionalizarse.
Semanas después, en el programa Periodismo Para Todos, muchas/os pudimos verla y escucharla directamente desde la cárcel. Su relato nos conmovió, porque se trataba de una historia parida por la más profunda de las injusticias: la miseria, el hambre, la falta de salida, y el dolor de la muerte absurda y la cárcel que culpabiliza a quien no es culpable; eludiendo de responsabilidad con ese solo acto a los que sí son responsables del hambre de una familia, con doce niños, y un servicio de salud pública al que hay que ir a buscar lejos, sin plata para viajar… Son muchas las responsabilidades que deben asumir los gobernantes; pero decidieron, ahora con más fuerza, achacar de culpas a María.
No nos importa que sea Clarín y su nuevo vocero, el periodista Lanata, quien haya hecho pública para millones esta historia luego de que el Encuentro de Mujeres permitiera que miles se pronunciaran por su libertad. María Ovando y su historia terriblemente triste, existe y desnuda una realidad, al margen de la disputa gobierno-Clarin. Una realidad que le quema las manos al gobierno nacional y provincial de Misiones. Por eso, cuando el video circuló luego en internet resultaba absolutamente ridículo que se englobara a quienes apoyaban a Maria Ovando en el “Somos el 46%”, como si solo los que se han pronunciado opositores al gobierno K clamaran por su libertad.
María Ovando tiene que ser liberada, y ese clamor debe ser levantado por el conjunto del pueblo argentino. Porque es una niña del pueblo quien murió de hambre, y es una mujer de 36 años, golpeada por la miseria que padece la mayoría del pueblo, quien se pretende pague las culpas de los gobernantes con su prisión. Este 19 de noviembre, a las 8.30 hs, se inicia el juicio oral en el que los jueces resolverán si la condenan o la absuelven y liberan. Este 19 de noviembre, las calles de todo el país deben estallar en un solo grito: ¡Absuelvan a María Ovando, libérenla!