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24 de June de 2015

Libertad a Zeynep Celaliyan y todos los presos políticos

Violación a los derechos humanos en Irán

Zeynep Celaliyan es una prisionera política en Kirmanshah (Irán). Nació en 1982 en Maku, ciudad de Kurdistán del Este/Irán. Celaliyan es una activista política kurda que dedicó su vida a los derechos de las mujeres y la participación de las mujeres kurdas en política. Está especialmente comprometida en educar a mujeres, especialmente a jóvenes, en un esfuerzo por desafiar el sistema patriarcal y de dominación masculina en esta región. Al momento de su arresto, residía en Basur (Sur), parte del Kurdistán iraquí, pero solía viajar a través de la frontera a Rojhilat (Oriente/las regiones kurdas de Irán), donde alentaba a las mujeres a ganar autoconciencia y a levantarse por sus derechos. Sus esfuerzos estan profundamente centrados en desafiar el sexismo al interior de la sociedad, no sólo por parte de las mujeres kurdas sino por parte de todas las mujeres con las cuales ella entraba en contacto. 
En marzo de 2008 fue arrestada por oficiales del servicio secreto en la ciudad kurda de Kermanshah, al Noreste de Irán. Posteriormente fue llevada al centro de detención del Ministerio de Inteligencia en Kermanshah, también conocido como la prisión de ‘Plaza Naft’. Fue mantenida en custodia por investigación por más de nueve meses sin juicio, y sin poder acceder a una representación legal. Durante este tiempo la sometieron a severas torturas a manos de los agentes del servicio secreto, que desde entonces le provocaron sufrimientos y padecimientos prolongados. 
La Corte Revolucionaria de Kermanshah finalmente condujo un muy breve juicio a principios de 2009, sin ninguna representación legal ni investigación apropiada, el cual sólo duró unos pocos minutos. Zeynep fue acusada como “Moharebeh” (Enemiga de Dios) de acuerdo a la Ley Islámica. Basada en la escasa información presentada, la Suprema Corte de Teherán confirmó la condena a muerte impuesta a Zeynep Celaliyan en diciembre de 2009. Sin embargo, el cargo contra ella de ser “Moharebeh” le fue impuesto tan sólo por ser presunto miembro del Partido por una Vida Libre de Kurdistán (PJAK) del movimiento de liberación kurdo. La República Islámica utiliza estos términos para condenar a la gente por actuar contra los intereses del régimen o por otros supuestos ‘crímenes’ a los que de otro modo resultaría muy difícil darles una etiqueta legal para tratarlos. 
Luego, el clamor internacional y la lucha de las organizaciones de derechos humanos kurdas e internacionales obtuvo que la pena de muerte fuera conmutada por la de prisión perpetua. Debido a las intensas y prolongadas sesiones de tortura, que sufriera antes y después del juicio, la salud de Zeynep Celaliyan está en condiciones críticas. Perdió un ojo y corre riesgo de ceguera. Padece de hemorragias internas, y se le deniega todo tipo de tratamiento médico. Como otros presos políticos kurdos del Partido por una Vida Libre (PJAK) padece terribles condiciones de prisión. 
El gobierno iraní sistemáticamente recurre a las ejecuciones como método de intimidación y castigo a aquellos quienes se han comprometido con los derechos democráticos y la libertad. La tortura, las sentencias de muerte y ejecuciones, se han incrementado en forma alarmante en el último tiempo. Pero es muy especialmente brutal contra las activistas mujeres. Así, Sirin Elemhuli fue ejecutada el 9 de mayo de 2009. Reyhaneh Jabbari también fue ejecutada en 2014 por haber matado a su violador defendiéndose.
Debido a las condiciones inhumanas y la tortura sufrida en prisión, en noviembre de 2014, 30 prisioneros y prisioneras políticas kurdas sostuvieron una huelga de hambre durante 36 días. 
 Zeynep Celaliyan se ha mantenido inflexiblemente en su posición de lucha por una vida digna en tanto mujer kurda. Sus compañeras sostienen que su resistencia y fortaleza ha servido para fortalecer la voluntad colectiva de resistir y luchar por un sistema democrático.