Victoria Aguirre es de Oberá, una ciudad de la provincia de Misiones. Su padre albañil y su madre ama de casa. Fue madre soltera de Selene, con retraso madurativo y con frecuentes convulsiones, muy frágil de salud (calcificaciones en el cerebro). Mucho luchó Victoria para que diagnosticaran a su hija en el precario sistema de salud misionero, y una vez que tuvo el diagnostico, toda su vida y la de su familia se volcó a darle a Selene la mejor calidad de vida que estaba a su alcance. Estudiando magisterio conoció a Emilio Lovera. Trabajador y atento a ella y a la salud de su hija de dos años. Más de un año duró la relación, y entre tereré y paseos, decidieron ir a vivir juntos, en enero del 2015. Poco tiempo bastó para que Lovera mostrara su verdadera cara, esa que era insospechada cuando compartían charlas y proyectos en el noviazgo.
A los pocos días de vivir juntos, Lovera comenzó a ejercer violencia sobre Selene; la sacudía, “jugaba con ella”, la agitaba; todas acciones que atentaban contra la fragilidad de la niña. Se apropió de ella como objeto de extorsión para manipular a la madre. Porque el violento siempre ejerce la violencia donde más le duele a la víctima. Victoria protestó y comenzaron los golpes. Todo se sucedió con violencia: gritar, romperle el celular para aislarla, golpearla hasta la inconsciencia, amenazar permanentemente con matar a Selene, violarla, drogarla, cerrar con llave. El terror se apoderó de Victoria. Ocho días duró el calvario.
Cómplices: el amigo que prestaba el auto para trasladarlas; el vecino al que Victoria logró decirle en un murmullo “él me pega” con la esperanza de que corra a decírselo a su padre, que con certeza la rescataría…. ¿qué pasó? ¿Qué pensó?…. “quien no le dio alguna vez una cachetada a la mujer”(¿¡?).
Selene se puso muy mal y Victoria le rogó a Lovera que la llevara al hospital, tenía la esperanza que una vez ahí, dónde la conocían y los médicos constatarían las lesiones, iban a dar aviso a la Policía y a su familia. Logra que él las lleve, pero cuando Lovera se da cuenta de lo que podía pasar la amenaza con matar a la nena en la camilla del hospital y la obliga a retirarla de ahí.
La médica no vio las marcas? No vio el terror en los ojos de Victoria? Ella, a la sombra del violento, daba explicaciones inverosímiles tratando que alguien percibiera lo que estaba pasando. Nadie. Ni siquiera cuando Lovera se puso agresivo y amenazó también a la doctora. Los dejaron ir.
De las permanentes palizas la más vulnerable de las dos no pudo sobrevivir. Cuando Victoria se sacude de un extraño sueño, que apenas le permitía moverse, ve a su hija moribunda. Nuevamente los ruegos. Lovera las llevó al hospital donde las abandonó y donde se constató la muerte de Selene. La autopsia determinó que Selene murió por un fuerte golpe en la cabeza. “Ya no hay nada que hacer” le dijo la doctora. La policía detuvo y arrastró a Victoria a la patrulla, que en estado de shock se abrazaba a la camilla de su hija. Lovera se dio a la fuga. A Victoria no se la escuchó. No le realizaron una revisión física eficaz; “¿Te duele algo?” le preguntaba el médico de la policía mientras en una habitación sin luz le hacía levantarse la remera para ver si estaba herida. Victoria no sentía nada. Nadie constató sus golpes, las quemaduras, la violación que no le permitía sentarse, las señales de la barbarie a la que había sido sometida. ¿En qué momento terminó el secuestro? Hace 32 meses que Victoria está detenida.
Lovera, pariente político del dueño de la arenera Simons, se entrega cuando se entera de que Victoria es acusada; y es defendido por los mejores abogados de la provincia. Mientras Victoria y su familia debieron soportar la inoperancia de defensores oficiales durante toda la etapa de instrucción; defensores que le recomendaban que se prepare para pasar el resto de su vida presa.
La violencia machista, la violencia institucional y de la justicia, la misma que criminalizó a María Ovando por ser mujer y por ser pobre, determina que hoy Victoria esté en prisión y enfrente una pena de hasta 35 años por “homicidio calificado, agravado por el vínculo”; mientras el agresor Lovera, enfrenta una pena por “homicidio simple” con una posible condena de 7 años, cuando en realidad la carátula de su causa debería de ser “femicidio vinculado” (art. 80 Código Penal Inc. 12; Se llama así a los homicidios cometidos por el hombre violento contra personas que mantienen un vínculo familiar o afectivo con la mujer, para castigarla y destruirla psicológicamente. En la mayoría de los casos las víctimas son sus hijos).
Otra vez tanta injusticia junta nos ahogan y atraviesan nuestra garganta.
Solicitamos la solidaridad de todas las organizaciones de mujeres, sociales, gremiales, estudiantiles, de derechos humanos y partidos a enviar el pedido de libertad y absolución a Victoria Aguirre al tribunalpenal1.obera@jusmisiones.gov.ar una copia a absolucionparavictoriaaguirre@gmail.com y a los números de FAX: (03755) 424880 FAX 1080 (03755) 425909 – 9909 Fax Unidad Regional Oberá 03755-421176.
Denunciamos la violencia institucional del Estado por la resistencia a la incorporación de la perspectiva de género en la justicia, la criminalización a las mujeres pobres; y reclamamos: cambio de caratula a “Femicidio vincular”, absolución e Inmediata Libertad a Victoria Aguirre, justicia para Selene, perpetua para Lovera. Declaración de Emergencia en Violencia Sexual y Doméstica, y urgente aplicación del Plan Nacional de acción para la PREVENCIÓN, ASISTENCIA Y ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES; LEY 26.485.