Los Encuentros Nacionales de Mujeres son un evento único en el mundo por su masividad, su autoconvocatoria y autonomía, su continuidad en el tiempo y su federalidad. Son la columna vertebral del inmenso movimiento de mujeres, feminista y diversidades de nuestro país y faro en el mundo.
Desde aquel primer Encuentro que 43 mujeres organizaron en mayo de 1986 en Buenos Aires, en el que hubo 1000 participantes, no ha parado de crecer rodando por todo el país. Es un espacio plural, autónomo, democrático, autofinanciado, horizontal, autoconvocado y federal en el que las decisiones se toman por consenso. Todas las voces son escuchadas y respetadas; de otras pares aprendemos, nos emocionamos, a veces discutimos, pero siempre salimos fortalecidas y con muchísimas ganas de volver a participar al año siguiente.
Al finalizar el 34° ENM de La Plata las sanluiseñas nos trajimos orgullosamente la tarea inmensa de organizar el próximo Encuentro por primera vez en nuestra provincia. Y empezamos a trabajar enseguida para recibir a las miles que nos visitarían al año siguiente. Pero vino la pandemia que trajo mucho dolor, incertidumbre y agudizó la miseria. Y pasaron 3 años en los que todas esperamos con muchas ansias poder encontrarnos, abrazarnos y, reconociéndonos en las diferencias, seguir recorriendo este camino juntas. Será el Encuentro más anhelado, el más necesario después de tanto tiempo. Será épico.
Nos merecemos un solo Encuentro porque es una necesidad para el movimiento de mujeres y feminista de nuestro país. Hemos parido los Encuentros sin discriminación ni sectarismos; todas hemos sido albergadas en ellos y de nosotras depende continuar construyendo y fortaleciendo este espacio plural y diverso.
Sabemos de opresiones, sufrimos la desigualdad, padecemos la violencia. Pero también conocemos bien que, encontrándonos, escuchándonos, acompañándonos, nos hacemos más fuertes. Aprendemos y nos hermanamos en cada lucha que hemos dado y seguiremos dando por todos los derechos que nos faltan, o que nos niegan.
El patriarcado prefiere que estemos divididas, así es más fácil mantenernos sojuzgadas. Sabe, mejor que nadie, de la capacidad transformadora de este movimiento masivo que, a fuerza de lucha y organización, le arranca derechos en cada lugar. No caigamos en su trampa. Hoy, todas, todes, tenemos la responsabilidad política de que no se fracture este espacio que tanto nos cuesta y nos empondera; hoy está en nuestras manos la decisión de seguir construyendo unidas o fracturarnos y perder fuerza. Entendemos que, desde cada lugar, tenemos que hacer los máximos esfuerzos para lograr la unidad porque, divididas, enfrentadas, seremos blanco de las políticas reaccionarias que aguardan, agazapadas, para arrebatarnos las conquistas que juntas hemos conseguido. No lo permitamos!
Desde la Comisión Organizadora del 35° Encuentro Nacional de Mujeres llamamos a la unidad del Encuentro generando, durante la realización del mismo, una instancia para debatir y resolver el nombre que llevará a partir del 36 Encuentro; una instancia en la que todas y todes seamos protagonistas de este debate en curso. Consideramos imprescindible la unidad sobre la base del respeto y el mantenimiento del carácter, los pilares y la continuidad de los Encuentros. Hacemos este llamamiento dispuestas a debatir lo necesario a fin de llegar a un acuerdo que consideramos indispensable.
En San Luis tenemos un escenario complejo, pero también un gran desafío y una gran responsabilidad. La división del Encuentro ha traído mucha confusión, desasosiego y desalienta la participación. En momentos en que urge más que nunca escucharnos, debatir y caminar juntas para seguir conquistando derechos, cómo lo venimos haciendo hace 34 años las mujeres y diversidades, llamamos a unificar el Encuentro en pos de la unidad de este gran movimiento que desde cada rincón construimos día a día.
Hoy N° 1917 15/06/2022
