Las naciones y pueblos originarios de América venimos poniéndonos de pie. Más de 500 años de opresión, explotación, despojo y discriminación se hicieron insoportables y venimos diciendo basta.
Hermanos de los diferentes pueblos y naciones originarias, unamos nuestras manos para que, en el telar de la vida, tejamos juntos con cada hebra de nuestras luchas la trama de una nueva historia, nuestra historia.
Como parte de los pueblos qom, wichi, mocovi y vilelas de lo que hoy es el Chaco, convocamos a todos nuestros hermanos originarios del actual territorio de la Argentina a este Encuentro. Lo hacemos para seguir debatiendo nuestras realidades, espacios de participación y reflexión, con respeto por las diferencias y buscando consenso para enfrentar la dolorosa situación en que vivimos y las políticas y anuncios del gobierno, que la agravarán.
Nuestras raíces se hunden en lo más profundo de la historia. Somos la continuación de los primeros hijos de esta tierra americana. El 12 de Octubre de 1492, con la llegada de Colón, se inicia la oscuridad. Con la conquista española comienza en América el mayor genocidio y el mayor saqueo de la historia de la humanidad. Fueron 65 millones de nuestros hermanos que cayeron en los primeros 150 años.
Lucharon heroicamente nuestros antepasados. Nos sentimos herederos y continuadores de esos pueblos y de esas luchas.
Son distintos nuestros rostros, nuestras historias, idiomas, creencias y costumbres. Venimos de las montañas del norte y del sur, de los montes y de las pampas y venimos también de las villas de las grandes ciudades donde llegamos como ríos que desangran nuestros campos.
Venimos de trabajar en grandes campos ajenos de tierras que eran de nuestros ancestros y son parte del despojo con los alambrados que crecieron. Hoy, con el hambre que no se soporta, no podemos entrar a cazar, pescar, porque nos persiguen y reprimen. Con el nuevo gobierno de Milei, quieren quitarnos la Ley 26.160 y avanzar en los despojos. La falta de semillas e insumos para la producción y la sequía que sacude nuestras tierras, no es la falta de una política, es una política de genocidio silencioso y éxodo.
Venimos con la falta de trabajo, el dolor de los hijos descalzos, de no poder mandarlos a la escuela y verlos morir como a los ancianos, por no poder atender su salud. Tenemos en común una pesada carga de 532 años de opresión, explotación y discriminación y no nos resignamos, decimos basta y nos rebelamos, dispuestos a profundizar nuestras luchas.
Se agravan en el mundo las disputas de las potencias imperialistas por los recursos, bordeando una tercera guerra mundial. Los alimentos, el agua, los recursos energéticos como el petróleo, el litio, el gas y nuestros territorios, están en peligro en nuestra Argentina. Milei quiere entregar todo y le aprobaron la Ley Bases.
Fuimos parte en toda América de las luchas por terminar con la conquista española, por cortar esas cadenas y sacarnos el yugo. Esas cadenas se cortaron tras largos años de lucha, de los pueblos oprimidos por los conquistadores. Fuimos parte de los ejércitos libertarios de San Martín, Belgrano y Güemes. Pero al liberarnos del yugo español, en la constitución del nuevo Estado argentino, estos patriotas fueron derrotados por las oligarquías que se querían quedar con las tierras y seguir buscando socios afuera. San Martín murió en el exilio, Belgrano tuvo que sacarse una muela de oro para pagar sus gastos y Moreno fue asesinado en alta mar. Fue una nueva minoría la que se impuso al organizar este Estado, poniendo nuevas cadenas a la mayoría del pueblo. Esos son los herederos de los conquistadores: los terratenientes, las potencias que se disputan el mundo y sus socios nativos.
Hasta 1884, el Gran Chaco y la Patagonia seguían siendo nuestros territorios, no habían podido dominar a nuestros ancestros que lucharon con bravura. Entre los grandes caciques de esas épocas en estos territorios, podemos nombrar a Yaloshi y Cambá, Taygoyi, Meguexogochi y en ellos recordamos a todos los líderes indígenas que lucharon con valentía junto a su pueblo en la defensa de nuestras tierras.
Con las campañas sangrientas de exterminio que desataron con el general Roca en el sur con la llamada “Campaña del Desierto” o la campaña al “Desierto Verde” con el general Victorica en el norte, nos quitaron nuestras tierras a sangre y fuego y les dimos resistencia. Una muestra de su sanguinario desprecio, lo expresaron en la fundación de Presidencia Roca a 40 kilómetros de la actual Pampa del Indio, en el Chaco. El general Victorica mostró con orgullo la cabeza del valiente Cacique Yaloschi, clavada en su propia lanza, luego de ser fusilado y en ella colocó la bandera argentina. Hay por lo tanto dos banderas argentinas, la que levantan las minorías vendepatrias, y la otra, la de los verdaderos patriotas de las mayorías que quieren una patria independiente y soberana.
Nos refugiamos en los montes de El Impenetrable o nos quedamos explotados en los grandes obrajes como La Forestal, ingenios como el de Las Palmas o explotados en la cosecha algodonera, muchas veces cobardemente reprimidos como en la Masacre de Napalpí dónde más de 500 hombres y mujeres, padres, ancianitos y chicos fueron masacrados en aquel entonces, quedando sólo algunos sobrevivientes de aquel genocidio en el 24 de julio del año 1924, hoy a 100 años de su conmemoración.
La lucha continúa por la construcción de la verdadera historia, donde aportaron con sus estudios e investigaciones, hermanos dirigentes como Juan Chico y encabezando las grandes y principales luchas, como el hermano Mártires López.
Somos los pueblos preexistentes y oprimidos de la Argentina. Han querido usarnos, engañarnos, dividirnos entre nosotros y dividirnos con la mayoría del pueblo argentino que también sufre la explotación y la opresión. Esa es la forma que tienen para dominar a todo el pueblo. La mayoría de las veces lo han logrado, pero hoy empezamos a caminar por el camino de la lucha y la liberación.
Ante el hambre de nuestro pueblo y la injusticia, en cada lugar de Argentina tratamos de unimos por nuestras necesidades, de ponernos de pie luchando.
En estos últimos años se lograron grandes conquistas en el territorio a nivel internacional, como el histórico juicio por la verdad de la masacre de Napalpí, en el que el Estado Argentino reconoció haber cometido un crimen de lesa humanidad contra los pueblos originarios, un genocidio indígena, con el objetivo de despojarnos de nuestras tierras y sumergirnos en la explotación, por lo que ahora deben cumplir con la reparación histórica. La recuperación territorial de las 10.000 has en Miraflores, en un total de 1.200 has marcando la unidad entre criollos y originarios campesinos y la resistencia a la represión al pueblo wichí en Nueva Pompeya por la desaparición del joven Salustiano Giménez, el caso Yhosue (en San Martín) acompañamos el pedido de verdad y justicia con las familias.
Reclamamos la aparición de Hernán Andrada, joven Wichi perdido en el monte, logramos la cárcel para el asesino de María Magdalena en Miraflores y seguimos reclamando justicia por Dominga Arias en el Sauzalito.
El gobierno de Milei-Villarruel, reivindica al general Roca (campañas de genocidio hacia los pueblos primarios) y Margaret Thatcher (por la guerra de Malvinas), este es el modelo con ajuste, entrega y represión, vienen por nuestros derechos conquistados con el DNU y la Ley Bases pretenden avanzar en la entrega de nuestros recursos naturales, beneficiando a los poderosos y terratenientes para llevarse la riqueza de nuestras tierras y quitar derechos a los trabajadores y al pueblo. Avanzaron en el ajuste profundizando el hambre, dejando a todo el país sin asistencia alimentaria, dejando vencer 5 millones de kilos de alimentos.
Desde hace años nos venimos uniendo para enfrentar estas políticas de estado con cortes, marchas, acampes y ocupaciones de tierras para trabajar y para vivir. Nuestro hermano Mártires López es un ejemplo de haber estado a la cabeza, marcando un camino de unidad y lucha, como se vio en la lucha en defensa de la gran reserva indígena uniendo en la Marcha de El Impenetrable a los pueblos qom, wichi y criollos en el 2011. Ahora avanzamos con la unidad del pueblo moqoit en el transcurso del camino surgido.
Este camino se agranda y profundiza cada vez más, siguiendo su ejemplo ante estas políticas que agravan nuestras vidas y compran dirigentes. Cuando hacemos esto, nos reprimen, encarcelan, enjuician y matan. Como en el caso de Mártires, cuya causa para investigar su muerte a seis días del triunfo de esa marcha en un supuesto accidente, fue cerrada 4 veces sin investigar. Con la lucha popular, logramos que se conforme una Comisión Investigadora parlamentaria que retoma la investigación. Este 14 de junio se cumplieron 13 años de lucha por verdad y justicia para Mártires López.
La continuidad de la organización y la lucha, posibilitó que el año pasado, en Miraflores, localidad de El Impenetrable, se logre la entrega de 2.800 hectáreas de Títulos Comunitarios de la Reserva de 10 mil hectáreas en disputa y cuyo primer censo, se realizó hace 108 años.
Queremos cambiar esta historia, donde los herederos de los poderosos y sanguinarios conquistadores, hoy oprimen a todo el pueblo argentino. Las minorías poderosas disputan entre ellos y presionan para que sigamos pagando la crisis con el hambre del pueblo. ¿Quién le debe a quién?
Trabajamos para profundizar la unidad de los originarios con el conjunto de la clase obrera, los campesinos y demás sectores populares, que luchan al igual que nosotros porque sufren la opresión y explotación, ya que todos tenemos los mismos enemigos imperialistas, terratenientes y el Estado que les sirve, apoyado en sus dos pilares, la Justicia y las Fuerzas Represivas.
Debemos esforzarnos para que cada uno de los ríos de lucha del campo y de la ciudad, se unan en uno grande y caudaloso y derribe los muros de la injusticia y la oscuridad. Para avanzar en este camino como una luz de esperanza, debe servir este Encuentro, a 100 años de la Masacre de Napalpí.
Los esperamos hermanos.
hoy N° 2017 10/07/2024