Reproducimos la entrevista del programa Duro de Callar de Radio del Plata AM 1030 a Horacio Micucci, Doctor en área Farmacia y Bioquímica de la UBA, Magister en Epidemiología. Experto en Bioseguridad y en Sistemas de Información en Salud. Investigador y docente.
Su posición ante los Autotests no está teñida por intereses económicos personales ya que no tiene actividad privada, lo hace desde la investigación y la docencia. Asimismo, la opinión surge de la lucha contra la pandemia y de quienes hablaban de “infectadura”, o de la libertad individual contrapuesta a las necesidades y derechos sociales, o a las posiciones antivacunas o de los que quemaron barbijos y hablaron de “gripeciña”, ocultando que una pandemia tiene la gravedad de una guerra mundial. La Primera Guerra mundial dejó 22 millones de muertos y la gripe española de 1918-1919 tuvo 50 millones de muertos (el doble).
Ante un hecho grave hacen falta medidas sanitarias, sociales y económicas consecuentes. Se trata de hacer una economía para atacar la pandemia y solucionar la emergencia social, y para eso hay fondos.
Desde lo anterior se analiza el AUTOTEST para COVID 19. En todo reactivo bioquímico se debe tener en cuenta:
- a) la sensibilidad (capacidad de detectar pequeñas cantidades. Si no hay sensibilidad suficiente habrá falsos negativos y personas positivas se confiarán porque creerán que son negativas y contagiarán a otros).
- b) la especificidad, que si es baja dará falsos positivos, y
- c) el valor predictivo positivo y negativo, es decir que los negativos y los positivos realmente lo sean.
Desde esto, el mayor peligro del Autotest es la posibilidad de falsos negativos. Además, sólo podrán hacérselos quienes cuenten con el dinero para pagarlo. Y hará que los que sean falsos negativos concurran confiados a las playas, a aglomeraciones muy contagiosas.
Además, no se asegura una adecuada toma de muestra porque las personas no tienen por qué saber cómo hacerlo.
Argentina tiene un excelente nivel de vacunados. Pero hay que considerar que, mientras existan muchos contagios, aumenta la probabilidad de tener variantes muy agresivas y aún letales. Debemos parar los contagios. Se debe llegar al 100% de vacunados en marzo y promover medidas como el barbijo, la distancia, la ventilación, la limitación de aglomeraciones.
Primero debe estar la emergencia sanitaria y social y una economía para esa situación. Si se bajan los brazos, aceptando la presión de quienes se preocupan por las ausencias laborales, y se disminuyen los tiempos de aislamiento, se cometerá un error. Si disminuye el personal sanitario por la ausencia de los que se contagian, lo primero es nombrar más personal con salarios dignos que impidan el pluriempleo que facilita el contagio, y movilizar ampliamente las capacidades del pueblo y los voluntarios.
No se deben reducir los tiempos de aislamiento sin un cuidadoso estudio.
No basta con honrar el heroísmo de los que trabajan en salud, Hay que darle condiciones adecuadas de trabajo y salarios. En el 2020 se los aplaudía y hoy, sectores minoritarios y opuestos a la lucha contra la pandemia, los golpean, los amenazan y hasta han efectuado atentados con amenazas a su integridad física. Esto no se debe permitir.
Otro problema de los Autotests es como se hace llegar esa información al sistema de registro nacional de salud. ¿Concurrirán los compradores a informar los resultados? ¿Serán confiables esos resultados o “envenenarán” la estadística diaria?
Los Autotest parecen más una medida para conformar a aquellos que puedan pagarlos que algo realmente útil. Además, se ve por las noticias que escasean en países centrales. ¿los tendremos nosotros y a qué precio?