Deben saber “orientarse por sí mismos en las situaciones y no tener miedo a la responsabilidad por sus decisiones… No es dirigente quien no sabe demostrar iniciativa, quien dice: ‘Yo me limito a hacer lo que me mandan’. Sólo es verdadero dirigente aquel que no pierde la cabeza en la hora de la derrota ni se vuelve soberbio en la hora del triunfo y demuestra una firmeza inconmovible en la aplicación de las decisiones adoptadas. Los cuadros se desarrollan y crecen del mejor modo cuando se ven colocados ante la necesidad de resolver por su cuenta los problemas concretos de la lucha y sientan la responsabilidad que eso supone.
Dimitrov. Extractado del Informe al VII Congreso de la IC. 1935.