La represión de la gendarmería nacional que provocó la desaparición forzada de Santiago Maldonado, ha desatado una catarata de declaraciones de funcionarios y adictos al gobierno nacional, tergiversando los reclamos de los pueblos originarios, en particular de los mapuches.
La represión de la gendarmería nacional que provocó la desaparición forzada de Santiago Maldonado, ha desatado una catarata de declaraciones de funcionarios y adictos al gobierno nacional, tergiversando los reclamos de los pueblos originarios, en particular de los mapuches.
Primero fue la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien manifestó, luego de un reclamo por Maldonado en el Congreso de la Nación que terminó en enfrentamientos con la policía: “Nuestra decisión es total y absoluta de no permitir que en la Argentina se asiente un grupo que utilice la violencia como forma de acción y quiera imponer una república autónoma y mapuche en el medio de la Argentina”.
Luego, la siguió en Twitter el candidato a diputado por Cambiemos Fernando Iglesias, quien dijo que los mapuches pueden vivir en sus tierras “pero como lo hacían sus ancestros, en bolas, en carpa, sin celulares, sin vacunas para preservar su cultura”.
La ministra Bullrich, en declaraciones en el noticiero de TN, la emprendió contra una organización denominada RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), a la que acusó de “terrorista” y de la que dijo “tenemos comprobado que reciben financiamiento desde Inglaterra”. Atrás de Bullrich salieron los voceros de la derecha oligárquica a repetir presurosos viejas necedades sobre que los mapuches son poco menos que agentes ingleses y “chilenos” que “asesinaron a nuestros tehuelches argentinos”. Sólo con estudiar un poco nuestra historia se derrumban estas elucubraciones. Recordemos solamente que en el vasto territorio patagónico, en el Chaco y otras regiones, el Estado argentino surgido luego de Mayo de 1810 no tuvo presencia hasta la nefasta “campaña del desierto”. Ahí está como testimonio el pedido de San Martín en 1816 a los pehuenches de poder atravesar su territorio para seguir la campaña independentista.
No nos detendríamos en semejantes mentiras, si no fuera que estos mismos argumentos los usó la dictadura de Videla como parte de la campaña belicista en tiempos de la disputa por las islas ubicadas en el Canal de Beagle, que casi nos lleva a una guerra fratricida.
Esto también fue en parte el justificativo del genocidio practicado por la oligarquía argentina comandado por el general Julio Argentino Roca a fines del siglo 19.
Las declaraciones de Iglesias hay que tomarlas como de quien vienen: un gorila redomado que es un provocador profesional. No sólo pretende relajar los reclamos de los pueblos originarios, sino que en los mismos tweets se burla de ellos, cuando es este gobierno el que continúa la política de hundir a los pueblos originarios en el atraso y la miseria. Una política de genocidio silencioso que en tiempos de los Kirchner se cobró más de 20 originarios, muertos porque reclamaban por sus derechos.
Sobre la autodeterminación
Dos palabras sobre el tema de la “república autónoma y mapuche” de la que reniega Patricia Bullrich. Desde el PCR siempre hemos planteado que “La lucha de las naciones y pueblos originarios por el reconocimiento de sus ancestrales derechos a la tierra, el territorio y la libertad en igualdad de condiciones a la de todos los argentinos marcha junto a la lucha de todos los trabajadores y el pueblo de esta nación contra la opresión latifundista e imperialista”, como dice nuestro Programa. Venimos practicando esta política todos los días, impulsando los Encuentros nacionales de pueblos y naciones originarias que se hacen todos los años, así como peleamos por unir los reclamos concretos de los originarios con las luchas populares de nuestro pueblo, como hemos hecho en la Marcha de las Economías Regionales.
A la vez, nuestro partido plantea, aprendiendo de nuestra propia historia y de las experiencias de las revoluciones triunfantes que “Con la revolución triunfante que permita realmente una verdadera democracia de masas será también posible discutir y resolver democráticamente el derecho de las naciones originarias a su autodeterminación, incluido la libre separación territorial. En esas circunstancias sostendremos activamente nuestra propuesta de luchar por la unidad voluntaria de todas las nacionalidades en condiciones de igualdad que permitan el desarrollo conjunto dentro de las fronteras históricas de la República Argentina, en tanto subsistan los enemigos comunes.
Lo que implica, en la actual etapa, enfrentar decididamente las propuestas separatistas que dividen el campo popular y favorecen los intentos impulsados o alentados por distintas potencias imperialistas con el objetivo de dominación y fragmentación del país. Enfrentamos también la política asimilacionista de subordinación económica, social, cultural y política de los pueblos originarios” (Programa del PCR).
