Después de veinte años de realizada esta investigación se produjeron enormes cambios en la tenencia de la tierra, las formas de explotación y el mapa del cultivo. Lo que perdura de este trabajo, además del enfoque maoísta en interpretar los datos recogidos, es la denuncia al atraso y dependencia que sigue implicando el latifundio que continuó expulsando campesinos pobres y medios desarraigando a sus pobladores creando un “desierto verde” benéfico para pocos dejando de rodillas al país y condicionándolo en su desarrollo.