Al día de hoy en el país hay más de 600 conflictos de tierra, de los cuales las distintas naciones y pueblos originarios somos protagonistas. Llevamos adelante duras luchas contra las usurpaciones a nuestros territorios y tierras ancestrales, por parte de los diferentes monopolios extranjeros, terratenientes, empresas de negocios turísticos e inmobiliarios, a los cuales el Estado argentino, a través de una parte de su justicia y de sus fuerzas represivas, ha apoyado, llevando adelante o continuando un genocidio silencioso.
Fruto de esta situación, hemos tenido más de 20 hermanos muertos por la represión durante el gobierno de Cristina Kirchner. En los últimos años, el hambre, la discriminación, la falta de políticas de Estado hacia los pueblos originarios, en violación de la Constitución Nacional en su Art. 75 Inc. 17, se ha ido visibilizando y ha ganado la sensibilidad de la mayoría del pueblo argentino.
El triunfo de Macri y la política de su gobierno llegó para profundizar la entrega de la soberanía y los recursos naturales como el agua pura, el petróleo, la minería, la energía, etc., a cambio de las llamadas “inversiones” que reactivarían la economía. Esa política choca con la enorme resistencia de los pueblos originarios, ejercida junto a amplísimos sectores populares en todas las provincias.
Este gobierno arrancó su política hacia los originarlos tratando de imponer, con patotas y golpes, a un falso líder, creado artificialmente por el diario Clarín y su multimedio. Para ejemplo vale lo que pasó en el hotel Bauen el año pasado. En los hechos esta captación ha fracasado: a la mayoría de las naciones y pueblos originarios no la han podido engañar. Por eso, lo mismo que hacen en política de elegir a Cristina como contrincante, para atacar y dividir a la oposición, este gobierno de Macri intenta avanzar sobre nosotros para darle continuidad al genocidio que Cristina pretendió que sea silencioso, elige a un contrincante entre los originarios. Esa política es la que estamos viviendo en estos días, es repetitiva.
Si algo está demostrando la RAM con su accionar, que como dice el hermano Jones Huala tiene inspiración política en la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) de Chile que ellos consideran hermana, es que estarían repitiendo los mismos errores que esa organización cometió en el seno de la nación mapuche, en Chile, errores que le costaron a nuestra nación enormes dolores, sacrificios y debilitamientos.
Cuando la historia se repite sin que los dirigentes cambien ni reflexionen, las nuevas acciones empeoran la situación. Preguntamos ¿al servicio de qué y de quién se actúa? En los hechos, esto le está siendo muy útil al gobierno de Macri en varios aspectos. Uno es para ir a fondo con la represión, que ya tiene como víctima a Santiago Maldonado. También para ganar consenso en la sociedad a favor de esa represión. Y además, para neutralizar la enorme sensibilidad y apoyo que hemos ganado las naciones y pueblos originarios en todos estos años, el apoyo de los relatores de Naciones Unidas y de la cautelar dictada por la Corte Suprema de la Nación.
Nosotros no nos dejamos engañar por este juego. Por eso nuestras luchas van de la mano con el pueblo argentino, por la aparición con vida ya de Santiago Maldonado, por la más profunda solidaridad con la comunidad Cushamen, nos oponemos a la extradición del hermano Jones Huala a Chile y reclamamos la libertad a todos los presos políticos.
Dicho esto, llamamos a la organización RAM, si verdaderamente respeta nuestra espiritualidad, identidad, nuestra cultura y la experiencia ancestral que aprenda de nuestros líderes como Hente Curra, Neculñanco, Cafulcurrá, Chocorí, Panine Goor, Mariano Rosa, Vuta Yanquetruz, Sayhueque, Inacayal, Purran, Foyel, Camba, Anastasio Inca, para nombrar algunos de los que nunca fueron usados en las luchas intestinas de las clases dominantes, pero sí las aprovecharon a favor de nuestras naciones. Ejemplos hay muchos.
Llamamos a nuestros hermanos de la RAM a reflexionar sobre su postura, que hasta hoy, lo único que nos ha causado es nuevas divisiones que le hacen un gran favor a las clases dominantes: nuevamente aparecen voces que ponen en duda el genocidio de la mal llamada Campaña del Desierto. Y que imperialismos como el inglés, tratan de asentarse en la Patagonia aprovechando la política de entrega e indefensión del gobierno de Macri.
No estamos dispuestos a aceptar que nos impongan un líder, y que discutan con él para hacer pasar la política de exterminio, y la expropiación de nuestras tierras y territorios.
La orientación de nuestras naciones la tomamos entre todos, con un debate democrático, profundo y con consenso. Siempre con previas consultas a nuestros ancianos y guías espirituales como lo realizaban nuestros ancestros.