Valentina comienza diciendo que la vuelta a clases presenciales apareció a comienzos de este año. “Tras las discusiones dadas en el verano de 2020 en el campamento nacional del MUS, entendíamos y concordábamos, después de mucha discusión, que las escuelas estaban en un estado gravísimo en términos de infraestructura, comedores, becas, de una cantidad enorme de pibes que año a año no terminan la escuela, y que este empeoramiento tuvo su punto máximo en los cuatros años del macrismo. A partir de ahí pudimos plantear la justeza de exigir la emergencia educativa.
“En marzo nos sorprendió la cuarentena en un país que venía atravesando una crisis económica, social y política enorme, que la pandemia vino a profundizar, pero así como se profundizaron los sufrimientos, se profundizó la organización popular en los barrios alrededor de las ollas populares. Allí el trabajo de los movimientos sociales tuvo un eje fundamental, que nosotros a lo largo de todo el año que pasó fuimos reivindicando, para poder encauzar la lucha de los estudiantes y la de los movimientos sociales, principalmente porque no era una realidad que estaba a nuestro margen. Fueron muchísimos los compañeros que tuvieron que abandonar la escuela para poder dar una mano en casa, hubo pibes que no tuvieron conexión a Internet, no contaban con un dispositivo o sólo había uno que se debía compartir con toda la familia para poder acceder a las clases. Fue duro el 2020 para los estudiantes, ahora se abre una nueva situación que es la vuelta a las clases presenciales, que es nueva porque en el medio continuamos con la emergencia sanitaria y el peligro del virus. Si bien los contagios son menores, en muchos lugares del mundo cuando se han permitido las clases presenciales se ha vuelto atrás por la ola de contagios masiva.
Sobre el inicio de clases agrega “Desde el MUS pusimos el eje en la necesidad justa de volver a las clases presenciales, principalmente por todos estos pibes que tuvieron que abandonar, no podemos dejar que estén otro año alejados de la escuela. A su vez entendemos que la cuestión del aprendizaje es importante, fue muy difícil adaptar los contenidos a la virtualidad, y otro año así perjudicaría nuestra formación. La pandemia hace que estés aislado en tu casa frente a una pantalla, sin contacto con tus compañeros ni profesores, y eso ha traído problemas psicológicos a muchos pibes. Entonces el debate no gira en torno a volver o no a las clases presenciales, sino en qué condiciones en relación a la emergencia sanitaria que atravesamos. Los protocolos vienen completamente de la mano de la situación de las escuelas, porque si en los edificios no se pueden abrir las ventanas, no hay circulación de aire, las aulas son pequeñísimas para tantos alumnos, no hay agua, no hay baños, es imposible cumplir cualquier protocolo.
Para cerrar plantea “La emergencia educativa que planteamos propone que se destine, en primer lugar, un presupuesto extraordinario para poner las escuelas en condiciones para esta situación extraordinaria, la creación de aulas móviles en clubes y centros de educación física para que mientras se ponen las escuelas en condiciones los pibes puedan seguir yendo a clases con las burbujas correspondientes, pero al aire libre para que no se abone la propagación del virus; apertura de cargos docentes y no docentes; que se habilite la producción de jabón, alcohol en gel y barbijos en las escuelas; aumento de producción y repartos de computadoras; aumento de comedores y entrega de viandas; boleto educativo gratuito nacional; gabinetes psicopedagógicos en cada escuela, entre otros reclamos”.