Frente a un Congreso vallado para los trabajadores, y “custodiado” por un enorme despliegue de fuerzas represivas, confluyeron sindicatos, movimientos de desocupados y organizaciones sociales. Adentro, bien lejos del reclamo popular, la mayoría oficialista impuso modificaciones que profundizan el deterioro de la salud laboral en beneficio de los grandes empresarios, y del gobierno.
Frente a un Congreso vallado para los trabajadores, y “custodiado” por un enorme despliegue de fuerzas represivas, confluyeron sindicatos, movimientos de desocupados y organizaciones sociales. Adentro, bien lejos del reclamo popular, la mayoría oficialista impuso modificaciones que profundizan el deterioro de la salud laboral en beneficio de los grandes empresarios, y del gobierno.
En el acto se unieron los docentes y estatales de la provincia de Buenos Aires, en su segundo día de paro, que venían de manifestar frente a la Casa de la provincia de Buenos Aires, con las columnas de los camioneros, Uatre, Apops, y la Juventud Sindical Peronista, entre otros sectores de la CGT. También estaban la CCC, el MST, Barrios de Pie, entre otros convocantes del exitoso paro del 10 de octubre, que se volvieron a encontrar en la lucha. La Corriente Clasista y Combativa aportó un importantísimo contingente de compañeros jóvenes, desocupados y mayores de la Capital y las barriadas del Conurbano Bonaerense, que venía de reclamar ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, por la baja de los planes sociales en algunas provincias, como Jujuy.
Un nutrido palco de dirigentes de distintas fuerzas políticas y sociales contó con la asistencia de los secretarios generales de la CTA, Pablo Micheli, y de la CGT, Hugo Moyano, de diputados como Víctor De Gennaro, y por la CCC a Amancay Ardura, Juan Carlos Alderete, Jorge Smith y Darío Perillo (secretario de organización de la CTA).
Luego de la fervorosa entonación del himno nacional, con cuadras y cuadras colmadas de manifestantes, dieron su posición el secretario de Salud Laboral de la CTA Jorge Yacobwsky, uno de los autores de un proyecto de eliminación de las ART, y Leonardo Fabre de APOS, uno de los sindicatos de los trabajadores del Anses, en representación de la CGT. Ambos denunciaron el negocio de las ART para las cámaras empresarias, bancos y aseguradoras, y cómo el gobierno actúa como gerenciador de éstas, mientras se agravan los accidentes de trabajo, y llegan a 4 los muertos por accidente de trabajo, y a 16 por enfermedades laborales, por día. El proyecto inconstitucional del Poder Ejecutivo elimina la posibilidad de los trabajadores de accionar judicialmente, sostiene las ART y no legisla sobre la prevención de los accidentes de trabajo.
Entre los manifestantes arreciaban los cantos contra las ART, y contra los diputados genuflexos que se aprestaban a votar este nuevo ataque a los trabajadores. Varias pancartas denunciaban al ministro Tomada como igual a Flammarique, y comparaban a los que votaron el proyecto oficialista con los que aprobaron la “ley Banelco”.
La jornada cerró con el compromiso de los miles de presentes de redoblar la lucha contra la política de este gobierno, y dando pasos para ampliar la unidad hacia un próximo paro de la CGT y la CTA.
