El 18 de julio se cumplieron 25 años del brutal atentado contra la AMIA, que causó 85 muertes y más de 300 heridos. 25 años de impunidad, en particular, de los partícipes argentinos de ese hecho, imprescindibles para llevar a cabo este hecho.
El gobierno de Macri usó este aniversario para dar otra muestra de servilismo hacia la política del gobierno de Estados Unidos, que ha puesto en el blanco a Irán, y amenaza con desatar una guerra contra este país asiático.
En los días previos al aniversario, el gobierno macrista sacó un decreto que en los hechos declara como “grupo terrorista” a Hezbollah, una organización político-militar libanesa afín a Irán, que es parte del actual gobierno del Líbano. Acusan a Hezbollah de ser responsable del atentado a la AMIA.
Desde varios sectores de la comunidad árabe en la Argentina denunciaron este decreto, advirtiendo que por un lado se abandona la tradicional neutralidad en conflictos ajenos por parte de nuestro país, y que se lesionan las históricas relaciones con el Líbano. En los actos oficiales, Macri reivindicó esta línea política de sumisión a los planes imperialistas, argumentado que “Vamos a seguir exigiendo que los imputados por nuestra Justicia sean juzgados en suelo argentino”.
Las dirigencias de las entidades judías AMIA y DAIA, las mismas que tienen gran responsabilidad en las múltiples maniobras de encubrimiento en estos años, celebraron la posición del gobierno en sus respectivos discursos de este 18 de julio. Adrián Werthein, presidente del Congreso Judío Latinoamericano, sin sonrojarse, afirmó en un acto con el presidente “Usted fue el único que nos ofrece a un cuarto de siglo del atentado la oportunidad de juntarnos a todos y hacernos sentir con la esperanza de que finalmente habrá Justicia, y la esperanza de que no habrá impunidad”.
Macri recibió felicitaciones, por su decreto contra Hezbollah, de parte del secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, presente en la Argentina el 19 de julio para una reunión de cancilleres. También lo felicitaron John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Donad Trump, y el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, quien además le recriminó a potencias europeas como Francia: “hagan como la Argentina”.
El gobierno de Macri, con esta posición política, se presta a ser un peón de la maniobra imperialista yanqui de profundizar sus ataques al gobierno iraní, metiendo a la Argentina en un conflicto que peligrosamente se acerca a una guerra abierta.
Macri de esta manera desprecia las lecciones de nuestra historia reciente, pues fue en el marco del alineamiento del gobierno menemista con los yanquis en la agresión a Irak en la década del ’90, que se dio el repudiable atentado a la AMIA.
El gobierno macrista consolida también así 25 años de ocultamiento e impunidad, pues en todo este tiempo, los diferentes gobiernos, la justicia y lo más podrido del aparato estatal, con la complicidad de algunos dirigentes de la DAIA y la AMIA, operaron para que no se conozca quiénes fueron los responsables del atentado.