Cerca de 500 chicos, más los jóvenes y los compañeros provenientes de distintos barrios de la ciudad llegaron a los terrenos preparados por los grupos de trabajo barrial y los compañeros de los barrios Esperanza y Progreso que hacían de locales.
Cerca de 500 chicos, más los jóvenes y los compañeros provenientes de distintos barrios de la ciudad llegaron a los terrenos preparados por los grupos de trabajo barrial y los compañeros de los barrios Esperanza y Progreso que hacían de locales.
La actividad fue organizada por más de 20 copas de leche de distintos barrios de Bahía Blanca: desde Aldea Romana, Richieri, Puertas del Sur, Calvento, Villa Nocito, Mara, Villa Ferro, Loma Paraguaya, 9 de Noviembre, San Roque, Primero de Mayo, Avellaneda, Villa Rosario, entre otros; junto con proyectos productivos de la CCC, Amas de Casa del País, Corriente Estudiantil 20 de Diciembre, junto al Movimiento Proyecto Sur, integrado por el PCR, el MST y Proyecto Sur.
Con la participación de cuatro escuelitas de fútbol del barrio Esperanza, Progreso, Loma Paraguaya y Zona Norte se realizaron partidos entre las escuelitas y luego fútbol libre por edades, al tiempo que los payasos ayudaban en los juegos de saltar la soga y las carreras de embolsados entre otros entretenimientos.
Dieron la nota los amigos que organizaron la demostración de boxeo con aprendizaje rodeados de cientos de chicos, que no dejaron de sorprenderse con la llegada de la Agrupación de Motos los Perros Nómadas con sus banderas y camperas de cuero características, llevando a los tres primeros de cada carrera a pasear.
La choriceada llamaba a acercarse y la música de los conjuntos barriales amenizaba el día.
La nube de ceniza que amenazaba la jornada quedó chica cuando arranco la maratón y todo era polvo, las diez categorías de chicos y chicas se lanzaron a correr ante la mirada de de todos los participantes y la alegría de los jóvenes que con mucho esfuerzo organizaron junto a experimentados corredores que además ayudaron a conseguir donaciones de grandes trofeos. Las tortas fritas y bollitos esperaron a los maratonistas, con la leche calentita, muy bien atendidos por las compañeras de los barrios que trabajaron hasta último momento.