Park ha beneficiado a una amiga y “confidente”, dicen los medios, con fondos cercanos a los 70 millones de dólares. Choi Soon Sil, tal su nombre, sin ocupar puestos en el gobierno, está acusada de tráfico de influencias, en el que están involucrados algunos de los principales monopolios surcoreanos, como Samsung y Posco, la mayor acería de Corea del Sur.
Park ha beneficiado a una amiga y “confidente”, dicen los medios, con fondos cercanos a los 70 millones de dólares. Choi Soon Sil, tal su nombre, sin ocupar puestos en el gobierno, está acusada de tráfico de influencias, en el que están involucrados algunos de los principales monopolios surcoreanos, como Samsung y Posco, la mayor acería de Corea del Sur.
El gigante de la electrónica Samsung está siendo investigado por haber transferido casi tres millones de euros a una empresa propiedad de Choi con sede en Alemania para financiar la carrera y el entrenamiento de su hija, Chung Yoo-ra, como jinete. También que la empresa habría mediado para favorecer a Chung, que llegó a competir en el equipo nacional, ante la Federación de Equitación de Corea del Sur.
Las crecientes protestas se dan en el marco del crecimiento de trabajadores informales, que han superado los 6,4 millones de personas, y el ensanchamiento de la brecha salarial entre éstos y los trabajadores permanentes en blanco. La mayoría de los trabajadores informales son mujeres, y su salario es casi la mitad del de los trabajadores permanentes.
Las miles de personas en las calles expresaron su hartazgo con la presidenta Park, quien con este escándalo ha perdido la poca imagen positiva que tenía, tras años aplicar una política de ajustes en distintos sectores, cercenando derechos de los trabajadores, de los campesinos, e incluso pretendiendo modificar los libros de texto de historia para reivindicar la figura de su padre, quien fue un dictador.