La lógica que adoptó el gobierno de Macri en materia energética es consistente con la llevada adelante en otros sectores. Bajo un barniz de capitalismo verde, sigue promoviendo el saqueo de recursos naturales para satisfacer la necesidad de ganancias de monopolios y oligopolios, sin importar la degradación del ambiente ni los costos sociales, sumergiendo a amplios sectores de nuestro pueblo en la pobreza energética y el hambre. Para seguir funcionando, este modelo neoextractivista criminaliza la protesta, impone convenios colectivos a la baja en todos los sectores, mientras elimina las retenciones hacia los pulpos mineros y petroleros y compra tecnología llave en mano a las distintas potencias, dándole la espalda a los saberes acumulados por nuestros trabajadores/as en los últimos 70 años.
Por ello, resulta urgente pensar y actuar para construir un sistema energético más equitativo, menos concentrado, más democrático y menos contaminante. Partimos del postulado de que la energía debe ser un bien social y su libre disponibilidad, un derecho humano. Esta es una discusión que debe darse a nivel nacional pero también regional, y qué incluye cuáles son las fuentes de energía, a quién le pertenecen y cuál es modelo que alimentan. Es una discusión que también debe abordar el lugar que las y los trabajadores tendrán en el camino de la transformación hacia un modelo de desarrollo que sea sustentable, donde se garantice una transición justa para todos y todas.
En este contexto, el concepto de democracia energética nos permite plantear una transición energética que tienda a desmercantilizar la energía y a terminar con la captura corporativa de este sector, para pensar en un esquema de producción, distribución y consumo democrático, donde las comunidades y un sector público comprometido con la gente sean protagonistas. Se trata de alcanzar sistemas energéticos que sean socialmente justos, que permitan la universalidad del acceso, que generen puestos de trabajo de calidad y con derechos laborales y sindicales para las y los trabajadores.
Para discutir estos temas ligados a la problemática energética, climática y al desarrollo, proponemos avanzar en la realización de un encuentro multisectorial los días 4 y 5 de septiembre, que permita generar verdaderos debates y alcanzar acuerdos en pos de construir una agenda de trabajo que permita elaborar una planificación energética alternativa, diversificada, que permita preservar nuestros bienes comunes, el ambiente, y que sea socialmente justa.