Intentando ayudar a la titular del Banco Central, que era asediada por legisladores de la oposición para que diera una cifra precisa acerca del nivel de reservas que considera óptimo para garantizar la estabilidad económica, el ultrakirchnerista José Mayans (Formosa) preguntó a Mercedes Marcó del Pont: “¿Cuáles son hoy las reservas de libre disponibilidad?”, en el plenario de las comisiones de Economía Nacional e Inversión y de Presupuesto y Hacienda. “Hoy, el nivel de reservas de libre disponibilidad es negativo”, respondió la funcionaria.
Así se oficializó algo que hasta ahora no era admitido por el gobierno kirchnerista, y que explica una de las razones de su apresuramiento por modificar la ley de la Carta Orgánica del Banco Central, para poder disponer de más reservas de lo que podía hasta ahora para pagar deuda en dólares.
La otra razón, por la que Marcó del Pont tuvo que aceptar que se duplicara el monto de lo que el Banco Central le puede prestar al gobierno (emitiendo billetes sin respaldo), es el hasta ahora tampoco reconocido déficit en las cuentas fiscales. Para lo que tuvo que apelar al demonio del neoliberalismo: “La idea de que los bancos centrales no pueden financiar a los tesoros, que esto genera inflación, es una visión sesgada del pensamiento neoliberal, que vino de la mano de la declinación del Estado”, sostuvo.
Ya con la ley en la mano, en una entrevista posterior a los diarios oficialistas Página 12 y Tiempo argentino, el sábado 24 de marzo, muy suelta de cuerpo afirmó que “es totalmente falso decir que la emisión genera inflación”. Convirtió así en una ley absoluta a algo que sólo puede ser cierto en condiciones de recesión y falta de liquidez en el mercado.
“Descartamos que financiar al sector público sea inflacionario porque según esa afirmación los aumentos de precio son por exceso de demanda, algo que no vemos en Argentina. En nuestro país los medios de pago se adecuan al crecimiento de la demanda y las tensiones de los precios están por el lado de la oferta y el sector externo”, planteó Marcó del Pont.
Para justificar la posición del gobierno kirchnerista, Marcó del Pont habla de que no hay “exceso de demanda” sin decir en relación a qué, y que la emisión de pesos por el Banco Central se adecua al crecimiento de la demanda, sin aclarar tampoco de qué demanda se trata (en este caso sería el mayor gasto del sector público). Pero si el problema está por el lado de la oferta, la expansión de los medios de pago y el crédito tendrían que dirigirse hacia la producción que amplíe la oferta y no hacia un mayor gasto del Estado que sin un aumento de la producción (y de la oferta) lleva indefectiblemente a un aumento de los precios y mayor inflación.
En tanto, el gobierno kirchnerista mantiene la ley de entidades financieras de la dictadura de Videla-Martínez de Hoz y justifica su posición diciendo que la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central no haría necesario modificar aquélla. Lo que también ratifica que su objetivo no es nacionalizar el crédito ni utilizarlo para aumentar la oferta sino poder disponer de las reservas para seguir pagando las deudas en dólares y, además, poder emitir más billetes para cubrir los faltantes de caja que origina el déficit, es decir: avanzar en la “monetización del déficit fiscal”. En definitiva, el resultado será más inflación a costa de los ingresos del pueblo, sin que ello implique más créditos a las tasas y plazos que se necesitan para la producción nacional (en particular para la pequeña y mediana industria) o la vivienda popular.