El 1 de septiembre se cumple un nuevo aniversario del secuestro y posterior desaparición de nuestro querido compañero Miguel Magnarelli. Hace 38 años, en 1976, Miguel era secuestrado en su ciudad natal de Escobar. Era en ese momento secretario de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR) de la Zona Norte del Gran Buenos Aires y miembro del Comité Central de la JCR.
El 1 de septiembre se cumple un nuevo aniversario del secuestro y posterior desaparición de nuestro querido compañero Miguel Magnarelli. Hace 38 años, en 1976, Miguel era secuestrado en su ciudad natal de Escobar. Era en ese momento secretario de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR) de la Zona Norte del Gran Buenos Aires y miembro del Comité Central de la JCR.
Miguel desarrolló un intenso trabajo en la organización de los jóvenes, tanto en el colegio secundario donde iniciara su militancia, en las barriadas de Escobar, como en los principales centros industriales como la Ford, donde ingresó a trabajar y de donde fue despedido poco antes de su secuestro.
Hasta el día de hoy continúan impunes los directivos de la empresa imperialista yanqui que colaboraron con los grupos de tareas de la dictadura videlista, confeccionando las listas de los obreros clasistas y antigolpistas, así como muchos de los militares responsables del Centro de Detención de Campo de Mayo, y policías de la Bonaerense que le hicieron la “zona liberada” a las tropas que mandó el general Riveros para el secuestro.
Miguel Magnarelli fue uno de los puntales de la defensa de la línea antigolpista de nuestro Partido, y posteriormente peleó la organización de los jóvenes contra la dictadura. Miguel había conocido la China de Mao Tsetung, lo que lo fortaleció en el marxismo-leninismo-maoísmo y en su encendida difusión de la necesidad y posibilidad de una revolución en nuestro país. Al momento de su secuestro, Miguel llevaba poco tiempo de casado, y su compañera esperaba un hijo que no llegó a conocer.
Los que lo trataron y las nuevas generaciones de clasistas y revolucionarios, mantenemos en alto los ideales por los que Miguel luchó, enel compromiso de que los culpables de su secuestro, y todos los genocidas, paguen por sus crímenes contra el pueblo.
