El taller de Mujer y pueblos originarios, en éste como en los anteriores encuentros nacionales de mujeres, se caracteriza porque no se divide, y porque las participantes buscan un ámbito de funcionamiento que les permite reunirse en círculo “para vernos todas las caras”.
Este año, en Córdoba, del taller, que tuvo el número 53, participaron más de 500 mujeres, procedentes de diferentes organizaciones y comunidades de nuestro país y de las hermanas repúblicas de Bolivia y Uruguay.
Así estuvieron presentes collas de Bolivia; charrúas de Uruguay; qom, guaraníes, y mocovíes del Chaco; qom de Formosa; mapuches de Neuquén, diaguitas y calchaquíes de Tucumán; collas y qom de Rosario; tehuelches de Chubut; huarpes de San Juan, y distintas comunidades de Jujuy, Salta, Mendoza, Río Negro y Buenos Aires.
Resoluciones
El taller, luego de dos días de debate, tomó posición sobre varias cuestiones. En primer lugar las mujeres rechazaron “las declaraciones de patrimonio cultural de la humanidad sobre nuestros territorios, cementerios, lugares sagrados y recursos naturales. Proponemos que los reconozcamos patrimonio de los pueblos originarios”. Denunciaron que los subsidios destinados al pueblo qom del Chaco “no llegan porque el Idach (Instituto del aborigen del Chaco) se los queda, sin distribuirlos. Denunciamos que quieren justificar las muertes por desnutrición diciendo que se producen por drogadicción o por alcoholismo. Por eso, en este taller declaramos y exigimos la emergencia alimentaria de nuestros hermanos del Chaco, los qom, y de toda la provincia que están sufriendo desnutrición y son víctimas de un genocidio étnico”.
Las mujeres denunciaron “la contaminación de nuestros territorios a causa de la explotación minera, gasoductos, papeleras, desforestación, falta de agua potable, del uso indiscriminado de los recursos naturales. No a los monocultivos que ponen en riesgo la vida de todos”. Repudiaron que se llame a Jujuy “capital nacional de la minería”. Además, exigieron “ejercer nuestros conocimientos medicinales ancestrales en la salud de nuestras comunidades. Preservemos nuestros conocimiento y el cultivo de nuestros conocimientos. Luchemos por la educación bilingüe”.
El taller se pronunció por varios “No”: a las leyes que benefician “a los extranjeros que se apropian de nuestras tierras”, a la privatización “de nuestras tierras”, a su extranjerización. Afirmando “Que la tierra sea para quien la trabaja y para su autosustento”.
El punto 7 exige “el respeto a la sagrada hoja de coca y a la no criminalización de su tenencia”. Además denuncian las mujeres que “el progreso de los gobiernos de turno es para el despojo y desalojo de nuestros pueblos originarios”.
No vayamos a votar
Las mujeres originarias exigieron “vivienda digna para todas las familias originarias” y “asistencia sanitaria adecuada”.
“Cuando nos unimos los distintos pueblos con la misma necesidad, podemos triunfar”, dice el punto 12. “Nos levantemos, luchemos, así vamos a lograr lo que queremos: tierra y territorio sin terratenientes adentro”
Plantearon también “la recuperación de nuestras creencias originarias” así como de la “cosmovisión originaria”, el apoyo al pueblo qom del Chaco “que ha estado acampando por 35 días en Resistencia, y consiguieron herramientas y semillas”, así como a las familias de Tilcara que “a pesar del desalojo judicial, no abandonan el acampe”. Repudiaron el encarcelamiento de “hermanos mapuches chilenos”.
Entre los últimos puntos, el 16 remarca que “la tierra no tiene precio”, y el 17 reclama “que el silencio se transforme en alarido de justicia”.
Y finalmente afirman las mujeres originarias “Salgamos orgullosas a levantar la bandera contra este gobierno que no resuelve. Ante el incumplimiento de nuestros reclamos, los sufrimientos y el robo de tierras de nuestros abuelos, el 28 nos acordemos de eso y no vayamos a votar.