Cientos de musulmanes protestaron contra las nuevas medidas de seguridad impuestas por Israel en torno a la Explanada de las Mezquitas: arcos detectores de metales, cámaras y especialmente la prohibición a los hombres menores de 50 años de entrar en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y acceder al monte del templo, en el que está la Mezquita de Al Aqsa, para rezar desde allí.
Cientos de musulmanes protestaron contra las nuevas medidas de seguridad impuestas por Israel en torno a la Explanada de las Mezquitas: arcos detectores de metales, cámaras y especialmente la prohibición a los hombres menores de 50 años de entrar en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y acceder al monte del templo, en el que está la Mezquita de Al Aqsa, para rezar desde allí.
Tres árabes israelíes asesinaron a dos policías en la Explanada de las Mezquitas el 14 de julio, en una de las tantas acciones desesperadas suicidas para enfrentar al gobierno fascista de Israel. El gobierno israelí decidió cerrarlo, y luego lo reabrió colocando arcos detectores de metales en torno a los accesos. Tras su reapertura, las autoridades musulmanas que gestionan el lugar hicieron un llamamiento para que nadie pasase por estos controles y exigieron a Israel que los retirara inmediatamente. La prohibición es para los árabes ciudadanos israelíes.
Las medidas fueron rechazadas con manifestaciones multitudinarias después del rezo en el lugar, y también en otros lugares de Cisjordania, como Ramala y Belén. En Jerusalén terminaron con enfrentamientos con la policía. “La nación quiere liberar Al Aqsa”, gritaban decenas de fieles frente a la Puerta de los Leones de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Tres palestinos fueron muertos y 20 fueron heridos. Casi doscientos policías israelíes fueron heridos con piedras lanzadas por los manifestantes.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, anunció que congela los contactos con Israel hasta que no se supriman estos nuevos controles. Y pidió a EEUU una intervención inmediata para obligar a Israel a dar marcha atrás en las medidas. Dijo que la situación es “muy crítica” y en caso contrario, puede quedar fuera de control.
El líder del movimiento islámico Hamas, Ismail Haniya, hizo desde la Franja de Gaza un llamamiento a los líderes musulmanes y árabes a cumplir sus obligaciones de proteger los lugres sagrados en Jerusalén, mencionando especialmente al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el rey Abdulá II de Jordania. También Haniya llamó a los partidos y movimientos palestinos a celebrar una reunión urgente en El Cairo o Beirut para acordar medidas de “resistencia”.
Ni Trump ni Erdogan, tan fascistas como Netayahu, resolverán la situación del pueblo palestino. Por eso es necesario desplegar la mayor solidaridad de nuestros pueblos.