“Resulta inexplicable la existencia de ciudadanos que quieren enajenar nuestros depósitos de petróleo acordando concesiones de exploración y explotación al capital extranjero, para favorecer a éste con las crecidas ganancias que de tal actividad se obtiene, en lugar de reservar en absoluto tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino. Porque entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera.” E. Mosconi
“Resulta inexplicable la existencia de ciudadanos que quieren enajenar nuestros depósitos de petróleo acordando concesiones de exploración y explotación al capital extranjero, para favorecer a éste con las crecidas ganancias que de tal actividad se obtiene, en lugar de reservar en absoluto tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino. Porque entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera.” E. Mosconi
Un pacto vergonzante
Este pacto vergonzante cierra otro capítulo de la entrega y el saqueo de nuestros recursos estratégicos iniciado con la privatización de YPF. También termina de sincerar, más allá del discurso, la mentira de la “estatización” de YPF.
El Senado ya dio media sanción al proyecto con 42 votos afirmativos, 18 negativos y 8 abstenciones. Entre los senadores que votaron en contra se encuentran: Rubén Giustiniani, Luis Juez, Jaime Linares, Norma Morandini, Magdalena Odarda, Pino Solanas, los senadores del Frente Cívico de Catamarca y la UCR. Ahora pasó el trámite a Diputados.
El gobierno de CK tiene apuro, ya que el acuerdo debe estar refrendado antes del 1º de mayo. Es por eso que aceleraron el trámite en senadores. Allí se vio a Zaninni llorando para los medios por los ex trabajadores de YPF, pero defendiendo a rajatabla la privatización de YPF y asegurando que el acuerdo era “equilibrado y satisface a ambas partes”, y a Kicillof desdecirse sin pudor, defendiendo las ventajas del acuerdo. También al director de YPF, Miguel Galuccio, quien sostuvo que con el pacto “se cierra un ciclo de manera exitosa”, sosteniendo que el modelo que impulsa al frente de YPF combina “lo privado y lo estatal de manera virtuosa”.
Exactamente todo lo contrario de lo que sostenía el Gral. Mosconi: “No queda otro camino que el monopolio del Estado pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración, el transporte y el comercio […] sin monopolio del petróleo es difícil, diré más, es imposible para un organismo del Estado vencer en la lucha comercial las organizaciones del capital privado”.
El acuerdo con Repsol significa que la Argentina va a tener que pagar -hasta 2033- la suma de 6 mil millones de dólares más los intereses de los bonos, lo que representa más de 13.700 millones de dólares. Acuerdo que incluye el “desestimiento”, es decir que nuestro país renuncia a demandar a Repsol por la gestión de YPF, por el incumplimiento de inversiones y por daño ambiental. Se mantendrá indemne a la Repsol por reclamos de terceros contra YPF, en primer lugar por el Programa de Propiedad Participada (quedan 6.000 juicios pendientes de ex trabajadores de YPF y 7.000 que todavía no lo han iniciado). Se libera a Repsol de todo cargo futuro, causa o proceso por el saqueo y vaciamiento de YPF.
Denunciamos en su momento la falsedad de la estatización de YPF, que seguía siendo una sociedad anónima regida por las leyes del mercado, así como rechazamos el acuerdo de YPF-Chevron por ser lesivo para nuestra soberanía. Planteamos que había que decretar la caducidad del contrato por incumplimiento en lugar del camino del “rescate” que eligió el gobierno de Cristina Kirchner, porque la caducidad es una sanción por incumplimiento del contrato de concesión y por ende no corresponde indemnización.
Pereyra, que fue uno de los miembros informantes a favor del proyecto en el Senado, dijo: “La empresa Repsol giró sus utilidades en un 70 u 80 por ciento…, donde estaban sus socios en Europa. Esto produjo una descapitalización de la empresa… En un yacimiento tan importante como el de Loma La Lata Sierra Barrosa, en la provincia del Neuquén -uno de los yacimientos gasíferos más importantes de Sudamérica-, en 2011, momento en que se deberían haber perforado setenta u ochenta pozos, solamente se hizo uno solo. No hubo reposición de reservas y sí un vaciamiento al yacimiento”.
Repsol se encargó de vaciar YPF y se llevó los dividendos afuera del país. Gustavo Callejas, vicepresidente del grupo Moreno argumenta: “teníamos que haberles sacado todos los yacimientos. El gran error del kirchnerismo es haberle entregado los yacimientos a las provincias… nadie le da los yacimientos a las provincias, que encima de todo están todas en infracción, nadie cumplió, por eso las reservas hidrocarburíferas cayeron de la forma en que cayeron”.
“Hay una realidad ineludible: Repsol vació la empresa. Fue todo un desastre. Hay delitos de balances falsos, está metido el grupo Eskenazi que se quedó con el 25% de YPF sin poner un peso, los yacimientos quedaron destrozados y la empresa YPF quedó muy reducida… La realidad es que Argentina hizo un muy mal negocio y además premiamos el vaciamiento”.
No se exploraron nuevos pozos, se llevaron las divisas al exterior, no invirtieron en obras de infraestructura y nos dejaron el pasivo ambiental. Hubo miles de incidentes de contaminación ambiental (sólo en la Cuenca del Río Colorado hubo casi 2.000 incidentes en 2011).
Recuperar la soberanía energética
Quedaron en el olvido los dichos de Kicillof “Nos van a tener que pagar encima por el estrago ambiental” (abril 2012). El titular de Repsol, Antonio Brufau, calificó de razonable y satisfactorio el acuerdo alcanzado y evaluó que el entendimiento “es equilibrado para las dos partes”. Y agregó “Con esto termina un tiempo de desencuentros”. El encuentro, para Brufau, era cuando expoliaba nuestras reservas, cuando giraba a la casa matriz miles de millones de dólares, cuando saqueaba a la Argentina. Que el propio Brufau reivindique el acuerdo alcanzado con el gobierno de Cristina Kirchner como razonable y satisfactorio, es la expresión más clara del carácter entreguista y contrario a los intereses nacionales de este pacto.
Es necesario reagrupar a las fuerzas patrióticas para enfrentar este nuevo saqueo de nuestros recursos y denunciar a todos los cómplices que ahora se presentan como salvadores frente al desbarranque del kirchnerismo.
Debemos desarrollar ámbitos de debate y de acción para avanzar en la recuperación de la soberanía energética plena, nacionalizar todo el petróleo y el gas, recuperar la renta petrolera que hoy se llevan los monopolios imperialistas, y orientar estos recursos para resolver las necesidades de nuestro pueblo.