Los cortes de Ezeiza, Panamericana, Varela, Puente Pueyrredón , los de las calles en la capital Federal, los numerosísimos cortes en Jujuy, Chaco, Mendoza, Rosario y muchos lugares más, mostraron notorios avances en la unidad y coordinación de las fuerzas opositoras combativas.
Los cortes de Ezeiza, Panamericana, Varela, Puente Pueyrredón , los de las calles en la capital Federal, los numerosísimos cortes en Jujuy, Chaco, Mendoza, Rosario y muchos lugares más, mostraron notorios avances en la unidad y coordinación de las fuerzas opositoras combativas.
Pero los “escribas” del sistema, muestran como “espontáneo” lo que es producto de un proceso de maduración y lucha: el paro con la confluencia del movimiento obrero y amplísimos sectores de capas medias. Ya hace tiempo que los comunistas revolucionarios y las fuerzas clasistas y combativas sostuvimos y mantuvimos una política que, en las formas de lucha, impulsará la confluencia con pequeños y medianos comerciantes y productores de la ciudad y del campo. Esto fue en polémica con sectores pretendidamente “duros” que empujaban al aislamiento de los sectores combativos del movimiento de desocupados. Los lectores del HOY pueden recordar los ataques de algunos “izquierdistas” al movimiento matancero y la respuesta de Juan Carlos Alderete.
Por otra parte, en las elecciones, la corriente mayoritaria de las masas populares, con el voto nulo, en blanco o la abstención, castigó al conjunto del sistema político orquestado por las clases dominantes. Otra corriente, muy fuerte también, sobre todo en las capas medias, castigó desde posiciones reformistas (votando a la izquierda electoral, a la centroizquierda al peronismo, e incluso a candidatos radicales críticos). Dijimos entonces, que esta segunda corriente no votó así para que esas fuerzas hagan “la plancha” hasta el 2003, sino con la esperanza de que esas fuerzas se volcaran a una oposición activa, y las iban a presionar para ello.