En el marco de las duras luchas de los trabajadores durante el año pasado para enfrentar la política de ajuste, entrega y represión del gobierno de Cristina Kirchner los docentes tuvieron un papel protagónico, en especial los 17 días de paro en la provincia de Buenos Aires.
En el marco de las duras luchas de los trabajadores durante el año pasado para enfrentar la política de ajuste, entrega y represión del gobierno de Cristina Kirchner los docentes tuvieron un papel protagónico, en especial los 17 días de paro en la provincia de Buenos Aires.
Los docentes participaron de los paros nacionales y movilizaciones en todo el país a pesar del boicot de la dirección celeste de Ctera y de la CTA -¿de los trabajadores?- de Yasky. El gobierno se vio obligado a hacer algunas concesiones pues hasta sus colaboracionistas debieron reclamar modificaciones sobre el impuesto al salario.
Los paros y movilizaciones reclamando un bono de fin año de $ 4.000 para activos, jubilados y desocupados, alertaron y preocuparon al gobierno y al conjunto de las clases dominantes sobre la continuidad de seguir descargando el ajuste en las espaldas del pueblo y de los trabajadores. Lograron que un sector del movimiento obrero se preocupara por la “gobernabilidad” y con ello se corriera del paro nacional de 36 horas. El gobierno nacional negó la posibilidad del pago del bono para los trabajadores estatales y docentes pero lo autorizó para la actividad privada que lo “pudiese” implementar.
Algunos gobiernos provinciales tomaron previsiones y otorgaron a estatales y docentes bonos de fin de año: La Pampa, $3.500 antes de fin de año; Santiago del Estero, $3.000 en tres cuotas a cobrar antes del 5 de enero. Salta, $2.250 en tres cuotas antes del 15 de enero; San Luis $2.000; Santa Fe, el mínimo fue de $1.800; Córdoba $1.500; La Rioja $400.
En previsión de conflictos en el comienzo del ciclo lectivo, el ministro Sileoni convocó a paritarias el 22 de diciembre a los gremios nacionales Ctera, CEA, AMET, UDA y Sadop. Ellos no reclamaron el bono de $4.000 solo pidieron que el salario docente desde enero 2015 no quede por debajo de los $4.716 como fijó el gobierno K al salario mínimo, vital y móvil. Es decir un aumento de $316.
Ya pasó enero y la paritaria prometida no se realizó con la anuencia de la Ctera ya que omitió el reclamo de su realización. Esto explica por qué los gobiernos provinciales no realizan propuestas salariales.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ofrecieron un 10% para los meses de enero y febrero a cuentas de paritaria y fue rechazado por Ademys pero no así por el resto de los gremios. El Frente Gremial Docente de la provincia de Buenos Aires aceptó un incremento salarial para los meses de enero y febrero alrededor del 8% que el gobierno provincial considera a cuenta de paritarias, elevando el sueldo inicial de $5.000 a $5.414. Hasta la fecha, Río Negro fue la única provincia que cerró la negociación 2015 con UnTER en un 30% en tres cuotas: 6% enero, 7% en marzo y 17 en % julio. En la provincia de Entre Ríos los docentes de Agmer, en su Congreso decidieron el no inicio de clases el 2 de marzo. El Plenario de Delegados convocados por las nueve seccionales combativas decidió el no inicio en su reunión de diciembre. En ambas provincias están convocados los gremios para el 9 de febrero.
Mantenemos como propuesta el NO inicio de las clases exigiendo un aumento del 50% de los sueldos docentes con un salario inicial de $10.000 para el maestro de grado de jornada simple. En ese camino planteamos un paro nacional activo de 36 horas para todo el movimiento obrero si no se cumplen con éste y los reclamos pendientes que levantamos junto con la CTA de Pablo Micheli durante las luchas del 2014.
