Cristina Kirchner volvió de la reunión del “G 20” en Corea y anunció negociaciones por la deuda con el Club de París, sin intervención del FMI. Seguiría en discusión cómo será la forma y los tiempos de ese “desendeudamiento”.
Cristina Kirchner volvió de la reunión del “G 20” en Corea y anunció negociaciones por la deuda con el Club de París, sin intervención del FMI. Seguiría en discusión cómo será la forma y los tiempos de ese “desendeudamiento”.
La presidenta señaló que la decisión de no pagar la deuda del 2001 nos dejó “una década fuera del mundo”. Pero no dijo que las deudas con el Club de París no fueron producto del default, sino que, en su mayoría, fueron contraídas por la dictadura de Videla, entre otras cosas para la compra de armas para la guerra contra Chile.
Es una deuda “odiosa”. Así calificaron los yanquis, uno de nuestros acreedores del Club de París, las deudas de Irak cuando ocuparon ese país, argumentando que no podían reconocer las deudas de “un dictador”, y no las pagaron. Hay que decirles: seguimos su ejemplo. Inglaterra es otra acreedora, podemos decirles que vamos a estudiar el caso cuando suspendan el robo del petróleo e inicien conversaciones serias para la devolución de Malvinas. Con Alemania, principal acreedora, debemos recordarle que fueron negocios de armas, con coimas gigantescas, y que tenemos pruebas de que ellos experimentaban en nuestro país armas prohibidas por su constitución y por acuerdos de paz de la Segunda Guerra Mundial.
Hay que ventilar, en el país y en el mundo, la infamia de los centros imperialistas mundiales apoyando y armando a una dictadura que cometía un genocidio con nosotros. Entonces podríamos discutir si hay algo que escapa a esa mugre, o si corresponde que nos indemnicen.
Será como moneda de pago por la posición contra Irán del gobierno argentino, que Obama ablandó la posición de Estados Unidos sobre el “monitoreo del FMI”. No se sabe que dio a cambio el gobierno argentino a Merkel, la jefa del gobierno alemán (y otros países europeos), que hace semanas defendió el monitoreo del Fondo.
Es tan grande la deuda interna, la de las urgencias del pueblo. Y nadie puede justificar que se deban “honrar” las deudas de Videla.