¡Qué arma poderosa tu silencio!
Con tu silencio afuera siguen trabajando
y tú con ellos prosigues la tarea.
Entonces sabes, que tu pequeña lucha no es pequeña
¡Qué es una parte de la gran tormenta!
Y sientes que son los muros, las armas, impotentes.
Los torturadores,
brutales con su miedo, totalmente impotentes.
Qué fuerza tan tremenda nuestra fuerza!
Y así es como descubres
esa hermosa manera de revivir allí, en el calabozo
Tus compañeros siguen trabajando.
Tú estás realizando tu tarea.
Una semilla más está plantada
Y siguen flameando las banderas.
Carmen Soler