Robbiano nos responde en primer lugar sobre si se abren las paritarias metalúrgicas… “Algunos dicen que ya se está negociando. La situación salarial es muy grave. Somos uno de los gremios salarialmente más bajos en toda la industria. El último aumento fue por debajo del promedio de aumentos salariales del 2007.
“Si uno toma la canasta familiar de algunas consultoras privadas, las tres primeras categorías del convenio metalúrgico, hecho los descuentos de ley, están por debajo de la línea de pobreza”.
—¿Cómo son las condiciones laborales en ese gremio?
—De una precarización muy grande. El salario metalúrgico está entre 6,50 – 7,50 $/hora; la mayoría de los compañeros tienen categorías muy bajas que no se corresponden con las tareas que realiza y tenemos un gran problema con los compañeros jóvenes que permanecen mucho tiempo contratados en la mayoría de las empresas.
Ahí viene la importancia de cómo abordamos las paritarias. Hasta ahora la UOM ha venido siguiendo pie juntillas las indicaciones del gobierno nacional con respecto de los topes salariales. Hace no mucho volvió a proponer lo de pacto social. Eso apunta a mantener los salarios congelados, como viene ocurriendo.
—Hay experiencias que enfrentaron esta situación salarial…
—Lo que viene creciendo en el gremio metalúrgico es lo que decíamos en acá, en la reunión de Mesa:
Primero, ni bien se firmó el convenio, los trabajadores de Aluar salieron a luchar por un 45% de aumento. Esto ya fue una opinión de lo que había negociado el Secretariado Nacional, un aumento que se otorgó en cuotas, inclusive todavía no se terminó de cobrar. En febrero se cobra una cuota no remunerativa de $ 100.
Después, muchas fábricas consiguieron mejoras en distintos rubros. Ha aparecido en el último tiempo un proceso donde en muchos lugares se empezaron a organizar para luchar. Junto con esto, estuvo la declaración de delegados de Casilda pidiendo $ 300 hasta la firma de un nuevo convenio, en consecuencia con el deterioro que sufrió el salario con la inflación.
Lo más reciente es el triunfo de los obreros de Gafa de Rosario que acaban de conquistar un aumento quincenal de $ 360. Logro que se consiguió después de proponer un básico de $ 2.000, de haber sufrido despidos, responder esos despidos con un paro indeterminado, un proceso de conciliación obligatoria. Es decir, consiguieron más de $ 700 mensuales de aumento. A eso se le suma dos fábricas de la línea blanca que están peleando también 2.000 pesos de básico.
—¿Qué propone la CCC hacia las nuevas paritarias?
—Estos logros es lo nuevo que hay en metalúrgicos, junto a un montón de luchas pequeñas donde se van conquistando mejoras en los premios, en los ticket canasta, en las categorías y, en muchos lugares, mejoras en las condiciones de trabajo.
Esta situación nos permite ver de otra manera la discusión paritaria, que se viene haciendo totalmente a espalda de los trabajadores metalúrgicos. Por ejemplo, en las paritarias anteriores en Bosch nos enterábamos por la patronal lo que se estaba negociando. La seccional decía no conocer… ¡hasta lo que se había pedido!
En el 2006 hicimos una movilización de delegados, preguntamos qué estaba negociando la UOM y el secretario general de la seccional San Martín nos dijo que no sabía.
Está la necesidad de dar vuelta la situación salarial y eso se tiene que hacer desde abajo. Con distintas experiencias, cada una con sus particularidades, esto viene sucediendo en varias fábricas. Desde este punto de vista creemos que hay que abordar la discusión salarial con el objetivo de alcanzar la canasta familiar y que sean las asambleas de fábrica y los cuerpos de delegados los que decidan qué van a pedir, cómo se va a luchar para lo que se pide y qué, en definitiva, se va a aceptar.
