“Me niego a ser parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), un ejército que ocupa el territorio y oprime a diario a la población palestina, que socava las posibilidades para lograr la paz y por lo tanto también la seguridad de Israel, y que corrompe el carácter moral y democrático del Estado”.
“Me niego a ser parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), un ejército que ocupa el territorio y oprime a diario a la población palestina, que socava las posibilidades para lograr la paz y por lo tanto también la seguridad de Israel, y que corrompe el carácter moral y democrático del Estado”.
Opresores cotidianos
Según informa Argenpress (30-09-2010) esto lo escribió Omer Shoshan, soldado de 19 años de la ciudad de Yehud, cerca de Tel Aviv, en protesta contra la política de ocupación y exterminio de los pobladores palestinos que practica su gobierno, apañado por el imperialismo yanqui. Detenido por negarse a continuar su servicio militar en el ejército israelí, en el que se había alistado ocho meses antes, Omer escribe:
“Durante más de 40 años las FDI han oprimido cotidianamente a los palestinos en los territorios ocupados, negándoles sus más elementales derechos a vivir normalmente. Esto incluye obstaculizar su libertad de circulación, socavar su economía, lastimar sus cuerpos, arrestarlos ilegalmente…”.
En los mismos días en que se conocían filmaciones de soldados israelíes humillando a prisioneros palestinos con los ojos vendados, el joven soldado israelí agrega:
“¿A qué propósito sirve realmente esta opresión? Sólo una: perpetuar los asentamientos israelíes en Cisjordania, que son ilegales por derecho propio y que son el obstáculo para llegar a un compromiso entre los dos pueblos.
“Incluso antes de ser alistado tuve mis dudas sobre si debía unirme o no al ejército, si debía apoyar al ejército que representa a mi país o rechazarlo. Finalmente decidí darme de alta… Las FDI son una organización que lucha por intereses en los que yo no creo, realiza acciones antidemocráticas e inmorales y socava seriamente las posibilidades de lograr la paz. Ya no estoy dispuesto a seguir siendo parte de ellas”.
La prisión de Omer Shoshan finalizaba el 6 de octubre. En realidad ello dependía del comandante de la Base de Reclutamiento de Tel-Hashomer y presidente del Comité de Conciencia Militar: él es quien decide si se trata de un “objetor de conciencia” que puede ser eximido del servicio militar o un “traidor” que debe ser reenviado a prisión.