Emfer pertenece al Grupo Cirigliano, el mismo que tenía la concesión de TBA cuando ocurrió la masacre de Once, uno de los sectores empresarios amigos del gobierno kirchnerista, que ha engordado a base de subsidios estatales durante todos estos años.
Emfer pertenece al Grupo Cirigliano, el mismo que tenía la concesión de TBA cuando ocurrió la masacre de Once, uno de los sectores empresarios amigos del gobierno kirchnerista, que ha engordado a base de subsidios estatales durante todos estos años.
Al día siguiente de que el ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo anunciaba con bombos y platillos la creación del Instituto Argentino del Transporte, cuyo objetivo será “elaborar un plan estratégico a 50 años, de cara al futuro en materia de transporte público”, 400 trabajadores denunciaban que no les pagan las quincenas a tiempo, el Estado no manda trabajo para la empresa, y ésta amenaza con despidos.
Por soluciones de fondo
Mientras sonaban los bombos y se mantenía parcialmente cortada la avenida Callao a metros del Congreso de la nación, los trabajadores nos contaban sus reclamos. El compañero Castaño decía que “estamos en una situación terminal porque la empresa se está quedando sin trabajo. La compra de los trenes chinos por parte del gobierno ha perjudicado a la empresa Emfer y a todas las empresas de fabricación y reparación ferroviaria que hay en el país, la industria nacional se está viniendo abajo. 450 trabajadores estamos en riesgo de perder la fuente de trabajo. Acá estamos manifestando, porque tenemos una audiencia con los ministerios de Trabajo y de transporte, y con la empresa.
“No sólo no se mandan trenes para reparar a Emfer, sino que hay muchos que salen de circulación, y en los talleres de Remedios de Escalada y de Haedo los desarman para venderlos como chatarra. La intención del gobierno es perjudicar la industria nacional para justificar la compra de los trenes chinos”.
Rubén, por su lado, agregaba: “Cada vez está más complicado. No tenemos más trabajo, y hay mucha tensión porque no cobramos el sueldo. El ferrocarril no nos puede mandar más trabajo, porque ya hicimos todos los arreglos, y el gobierno dice que no hay más trabajo. Nuestro reclamo es al Ministerio de Transporte, porque no somos solo nosotros, están los que proveen las ventanas, las maderas, el acrílico, todo lo que esto implica. Han dejado mucha gente sin trabajo con la compra de coches chinos. El gobierno dice que son 1.200. No sabemos si hay más.
“Nosotros decimos que sigan haciendo el doble piso remolcado, que es industria nacional y garantizaría nuestra fuente de trabajo. Podría salir hacia la costa argentina, a distintos lugares. Eso lo hicieron en tiempos de Kirchner, y ahora lo abandonan. Estamos mal, nos dejaron sin nada. La empresa y el gobierno vienen posponiendo las reuniones, y la empresa amenaza con despidos. El gobierno que se jacta de abrir pequeñas empresas, como una fábrica de comida para perros, tiene una terrible empresa como Emfer, con mano de obra muy calificada, técnicos, ingenieros, y no le da bolilla”.
Ezequiel nos resume la historia del conflicto: “La estamos pelando hace un tiempo, hace más de dos años. Es una situación muy angustiante. El grupo Cirigliano hace desastres. Como lo mostró con el servicio ferroviario, ahora lo hace con nosotros. Nosotros pedimos una intervención por parte del Estado. Salimos juntos Emfer y Tatsa, las dos empresas pertenecemos al mismo grupo y estamos en el mismo predio. Entendemos que la salida debe ser de conjunto. La situación es desesperante. No nos hacen los aportes de las cargas sociales, nos empezaron a cortar los servicios de las obras sociales para los compañeros y sus familias.
“La empresa dice que el Estado no le gira la plata, y el Estado dice que la plata se giró. Si uno ve el recorrido de Cirigliano, se ve cómo se manejaba con los subsidios, eso lo denunciamos con el manejo que hizo de TBA, hasta que le sacaron la concesión. Nosotros denunciamos que el Estado no puede seguir confiando en este tipo de empresarios. La plata que le dan es plata del pueblo. Por eso planteamos que la administre el Estado, y no un empresario de éstos que no podemos acceder a sus cuentas. La realidad es que están vaciando la empresa. El último fin de semana se llevaron 6 camiones llenos de cosas de la planta. Es material del Estado que se lo llevó la empresa. Ya lo denunciamos”.
Atrasos en las quincenas
Castaño nos dice que “Estuvimos con la planta tomada durante tres días, porque la empresa se retrasó en el pago de la quincena”, y sobre la salida de fondo opina: “Nosotros sabemos que los talleres ferroviarios van a tener mucho trabajo en el día de mañana, y que Emfer es una empresa rentable, para el gobierno y para cualquiera. Somos la única empresa que fabrica y arregla trenes eléctricos en todo el país. La única solución que estamos viendo es que el Estado se haga cargo de Emfer, o que nos pasen a las líneas ferroviarias, y que pase a ser un taller ferroviario que fabrique y repare trenes para el gobierno. Pero no aceptamos ir como tercerizados, no podemos ser ‘prestados’ al ferrocarril. Si pasamos, tiene que ser como ferroviarios.
“Nosotros nos movilizamos buscando soluciones. Tenemos proyectos e iniciativas para levantar nuestra fuente de trabajo, pero no nos están dando mucha bola. Nuestra situación es cada vez más crítica y no vemos intención del gobierno de tratar de solucionar el problema de los trabajadores. Cada vez que le traemos algo, nos dice “esto no sirve, traigan otra propuesta”.
“La empresa sigue siendo de los Cirigliano, no hubo ningún cambio en esto. Nosotros lo que planteamos es que Emfer se estatice, como han hecho con otros talleres que eran de Fabricaciones Militares, y que no sigamos dependiendo de una empresa que estafó a tantos argentinos con los manejos del ferrocarril. Y tampoco vamos a negociar la fuente de trabajo por indemnizaciones, porque necesitamos el trabajo para mantener a nuestras familias”, finaliza el compañero, asegurando que las luchas van a seguir.