Haití vive una ola de protestas desde el 12 de septiembre, cuando el gobierno, por presión del FMI, eliminó el subsidio a la gasolina, que duplicó su precio, y al diesel, que aumentó casi un 90 por ciento.
La población pide también la renuncia del primer ministro Ariel Henry, designado en julio del 2021 por el presidente Moise, quien fuera asesinado dos días después.
Laurenel Louis, dirigente de la Confederación de Trabajadores del Sector Público y Privado dijo: “la población no acepta esta decisión oficial y pide la renuncia incondicional del gobierno. Hay un levantamiento general de la población en todo el país. Hay escenas de saqueo. Hay represión de la policía. Hay muchos muertos. La población está en la calle todos los días”.
Jerry Tardieu, presidente del partido En Avant, pide la realización urgente de una cumbre política, para “evitar el caos y salvar a Haití”. Según Tardieu “Esta cumbre intentaría la formación de un nuevo gobierno integrado por figuras de la sociedad civil, con reputación de credibilidad y honestidad, que luego de definir un plan de seguridad pública establezcan un Consejo Electoral y también un Consejo que estudie una reforma constitucional. Tendría que lanzar un programa intensivo de mano de obra y un clima propicio para la inversión privada”.
Pero estos no son los únicos actores en la crisis: Jimmy Cherizier, líder de uno de los más importantes grupos de pandillas de Haití, el G-9, dirigió la toma de la terminal petrolera más grande de Haití, en Varreux, pidió su cierre y realizó un llamado al pueblo a la revolución para tener acceso a los servicios sociales básicos. Se mostró con su fusil M-4 al hombro.
Se corren rumores de que lo habría mandado el propio primer ministro Henry para desprestigiar y confundir el movimiento popular. Cherizier fue hasta el 2018 oficial de la policía nacional.
El 23 de septiembre, el departamento de Estado de EEUU comunica oficialmente que Estados Unidos y Canadá van a contribuir al “Programa Conjunto para la Policía Nacional de Haití” para mejorar su capacidad y “abordar las deficiencias institucionales persistentes”. Sin palabras para tanto cinismo.
Por otra parte Biden, en el presupuesto enviado al Congreso propone en el apartado “Continuar el liderazgo en Centroamérica y Haití” invertir casi 1.000 millones de dólares en esos países, mientras por otra parte se refuerza la seguridad fronteriza para impedir la inmigración ilegal.
Hoy N° 1933 05/10/2022