1. Bombas, flotas y aprestos militares
Trump sorprendió al mundo con una escalada de agresiones que ponen a Estados Unidos en actitud de ofensiva y al mundo en estado de alerta.
1. Bombas, flotas y aprestos militares
Trump sorprendió al mundo con una escalada de agresiones que ponen a Estados Unidos en actitud de ofensiva y al mundo en estado de alerta.
Bombardeó Siria destruyendo una base militar aérea con 59 misiles Tomahauck, y encargó 4.000 misiles más a la empresa Rayteon, por 2.000 millones de dólares. Arrojó una “superbomba” en Afganistán, y bombardeó Libia y Yemen. Envió una flota militar a aguas coreanas, y le reclamó a China mayor compromiso contra los planes nuclear y misilístico de Corea del Norte. China se sumó a la condena del lanzamiento de un misil coreano.
Trump delegó en el Pentágono los planes y las operaciones militares. La Infantería de Marina, clave para desembarcos y agresiones, pasó al nivel de fuerza armada (lo mismo en Inglaterra). También, eliminó los “cupos máximos” de militares yanquis en Irak y Afganistán, abriendo la puerta para nuevos envíos de tropas.
Rusia reforzó el sistema de defensa aéreo de Siria y envió a ese país su más moderna fragata misilística. Su mayor portaaviones navega hacia Venezuela, amenazada por Estados Unidos y sumida en crisis económica y política. “Es uno de los momentos más difíciles desde el fin de la guerra fría”, dijo el canciller ruso Lavrov. China anunció el envío de una flota al Caribe.
Frente a esta intensificación de conflictos militares, el papa Francisco declaró: “Paren a los señores de la guerra”.
La disputa entre las potencias imperialistas por un nuevo reparto del mundo, con guerras económicas y convencionales, provoca brutales sufrimientos a los pueblos. Las 200 marchas recientes contra Trump, las protestas contra Putin en Rusia y las huelgas en China, muestran el camino para que la lucha democrática y antiimperialista de los pueblos enfrente el belicismo fascistizante de las potencias imperialistas. Así como la lucha de las milicias de hombres y mujeres kurdos, en su territorio en Siria, muestra el camino revolucionario para derrotar el belicismo en sus propias entrañas.
2. El pueblo en las calles
Las impresionantes movilizaciones y actos de marzo tiñeron el escenario social y político del 2017. A la cabeza estuvo la extraordinaria huelga docente, en la que Macri se sacó la careta y Vidal perdió la de Heidi.
El brutal femicidio de Micaela García, seguida de nuevas “desapariciones”, estremece al país. Muestra la complicidad del Estado y la política y la cultura dominante, que permiten que un violador y asesino recorra las calles buscando a su nueva víctima. Y que una joven, luchadora, y militante popular, esté indefensa; como denuncian sus padres y sus compañeros del movimiento Evita. El gobierno mantiene el desfinanciamiento de las conquistas de las mujeres, y no da respuestas a esa cultura de violencia y femicidio, como el plan de 30.000 promotoras contra la violencia en los barrios que reclaman los movimientos de mujeres en Buenos Aires. Al contrario, Macri hace su campaña política electoral, demonizando la política y la militancia popular, agravando la indefensión de las jóvenes que son ejemplo en la lucha contra el hambre, la droga, la trata y la falta de futuro de los jóvenes.
El contundente y masivo paro nacional del 6/4 tuvo un enorme cumplimiento en las fábricas, el transporte, los docentes, los estatales, y demás sectores. En muchos casos, el apriete de Macri, las patronales y dirigentes colaboracionistas, fueron desbordados por asambleas y cuerpos de delegados. La unidad de gremios combativos, organizaciones sociales, campesinas y populares, hicieron que el paro sea activo y multisectorial.
La lucha docente mostró que la pelea contra el ajuste es larga y con etapas. La lucha de las mujeres, el paro nacional que abrió la discusión sobre la necesidad de un plan de lucha, la jornada de lucha en defensa de las economías regionales de la FNC y Vía Campesina, la apertura de varias paritarias, muestran las condiciones para que el pueblo siga dueño de las calles.
3. El fracaso del plan de Macri
Es brutal el aumento de precios de los alimentos, las tarifas, los remedios, la ropa, etc. Macri prometió bajar la inflación, y el año pasado superó el 40%, y este año el gobierno ya sabe que no bajará del 25%.
El 57,8% de las familias jujeñas tienen ingresos de menos de $28.500 que es el costo real de la canasta familiar en la provincia. El Indec publicó que, de 11.480.780 trabajadores urbanos, en promedio, el 10% más pobre gana $1.497, el 75% gana menos de $14.118, y solo el 10% que más gana promedia $29.829 (La Nación, 17/4).
Como se ve, la política de Macri es una fábrica de pobres y de indigentes.
Cómo va a crecer el país si las importaciones provocan despidos, suspensiones y cierre de fábricas nacionales. Se importa hasta ¡manzana, zanahoria, y pulpa de tomate de China y de Chile! Alpargatas suspendió 1.100 obreros, y Sancor recorta el 15% de los salarios y se extranjeriza.
Del otro lado del mostrador sí que les va bien al sector de las clases dominantes que gobierna con Macri. El puñado de monopolios y grandes terratenientes que son reyes de la soja. Los bancos y la especulación ganan fortunas (las principales acciones ganaron en un año el 80% en dólares). Las petroleras que tienen un subsidio en el gas llega al 650%, en petróleo, importan y despiden. Los monopolios que imponen convenios, como los de Vaca Muerta, que hacha el salario a la mitad, y superexplota brutalmente.
4. La tarea central
La oleada de luchas de marzo y abril, con el pueblo en las calles, mostró el crecimiento de la bronca contra los sufrimientos que provoca el ajuste, la entrega y la represión de Macri. Fueron duros golpes a la política del gobierno.
Ante el fracaso para lograr algunas mejoras, aunque fueran aparentes, Macri quedó obligado a competir electoralmente con el pasado K, y con el “brillo” de sus figuras. Y pasó a confrontar con el pueblo, con su verdadera cara: una derecha reaccionaria, antiobrera y antipopular dispuesta a ir a fondo con su política. Para eso, preparó proyectos para encarcelar a los que corten rutas, y a los dirigentes que convoquen a esos cortes. Y hay denuncias por el asesinato de un obrero en el puerto de San Lorenzo, atropellado por un camión.
El PTP se acerca, en varias provincias, a nuevas conquistas de la personería electoral. Marcha a su Congreso Nacional el 22/4; y Santa Fe hace el suyo el 29/4, en marcha al lanzamiento de candidaturas. También avanza hacia su personería el Partido Frente Popular en Buenos Aires. Se dan pasos para ampliar el Frente Popular, con las características de los frentes en cada provincia.
Así camina la construcción de herramientas políticas para enfrentar la legislación electoral proscriptiva, y construir una gran fuerza popular, patriótica, democrática y antiimperialista. Una gran fuerza que enfrente el ajuste y la entrega del gobierno en el terreno social y en las elecciones. Que por su programa y su trabajo en el seno del pueblo gane una presencia nacional real. Y que acumule fuerzas para una salida popular, capaz de unir a trabajadores, campesinos, originarios, mujeres y jóvenes, para acabar con la dependencia y el latifundio, y conquistar la patria nueva.