Socma (Sociedad Macri) fue el primer holding de la familia existente en Argentina. Constituido en enero de 1976 integrado por seis empresas, saltó a 46 durante la dictadura genocida. En la década del ‘80 llegó a ser el mayor empleador industrial del país. Un rasgo del holding es su carácter familiar. Por ejemplo, por una cláusula puesta por Franco Macri en 1996 no se pueden vender las acciones fuera de la familia, a tal punto que Mauricio, al asumir la Presidencia de la Nación, para no generar incompatibilidades transfirió todas sus acciones… ¡a sus hijos! Vale la pena entonces estudiar sus orígenes.
Giorgio Macri, padre de Franco, abuelo de Mauricio, nació en Calabria en 1899. Separado de su esposa llegó a Argentina en 1948. Litigó por la tenencia de sus tres hijos, Franco, Pía y Tonino, a los que trajo al año siguiente.
Llegaron en la inmediata posguerra, como cientos de miles italianos de esta oleada inmigratoria. El peluquero de mi barrio me contaba cómo había llegado él, solo, con una mano atrás y otra adelante. Muchas notas y comentarios parten de que Franco Macri llegó así, como la mayoría. Aunque todos venían de la Italia derrotada en la guerra, no eran iguales los unos y los otros.
Giorgio era hijo de un terrateniente calabrés, una de las “familias” de Calabria y se casó con una romana de familia empresaria. Fundó una empresa constructora que realizó emprendimientos en Libia y Abisinia (Etiopía), colonias vilmente expoliadas en esos años por Italia. Franco Macri se crió con sus abuelos. Fue a un colegio para hijos de terratenientes, de disciplina casi militar, en Calabria. Luego estudió en el Colegio Massimo, uno de los de mayor jerarquía de Roma.
Franco reconoce como herencia entrañable aquello que llevó a don Giorgio primero a viajar por África, rompiendo su matrimonio y luego a Buenos Aires: la ambición. “Tuve enseñanzas muy profundas de mi padre, porque él me enseñó, desde que yo tenía una pequeñísima empresa constructora, a tener un plan de cuentas contable igual al que podía tener una multinacional…” (entrevista a Franco Macri de Silvia Naishtat, Clarín 1988).
“Llegué un jueves a Buenos Aires y el lunes ya estaba trabajando en una obra de Sadop en Ciudad Evita, en Ezeiza (de los hermanos Scallera, que manejaban Scallera Films). No sé si me propuse ser un hombre de éxito, pero hubo un momento en que yo tuve que decidir si seguía la vida menos sacrificada de estudiante o si me dedicaba intensamente a la vida de trabajo, y opté claramente por el trabajo”, recordaba Franco en la misma nota. Rindió libre materias en el Nacional Buenos Aires y revalidó su título secundario, lo que da cuenta de su formación previa, se reinscribió en la carrera de Ingeniería que había dejado en Italia, pero nunca la finalizó.
En 1951 Franco creó su primera empresa, Urbana SA, subcontratista de otras firmas constructoras más importantes y fue creciendo en la Argentina próspera del peronismo. Mientras construía una planta para Loma Negra en 1958 cerca de Tandil conoció a Alicia Blanco Villegas, integrante de una de las tradicionales familias terratenientes de la zona, con la que se casó rápidamente.
Llegó de una Italia devastada por la guerra. Pero no como cualquier otro inmigrante… ¡Alicia nunca se hubiera casado con el peluquero de mi barrio!
