El viernes 23 de noviembre, familiares, amigos y compañeros de Mariela y su hermana, víctimas de abuso sexual, escarcharon en su trabajo a Damián Bunster.
Volantes denunciando al abusador se repartieron en la puerta. Cerca de un centenar de personas estuvo presente en este primer escrache. “Fue muy difícil. Nos tomó mucho tiempo el decidir por qué hay que denunciar. Pero después de todo este tiempo estamos acá, ya está, se acabó el silencio”, explicaba Mariela al agradecer la presencia de todos.
El volante repartido manifestaba: “Las víctimas venimos a escrachar a quien nos abusó cuando niñas. Hoy somos parte de ese torrente de mujeres que año tras año en los Encuentros nacionales debatimos y aprendemos a tomar la lucha en nuestras manos. Que cuando salimos a luchar por la libertad de Romina Tejerina aprendimos a no callarnos más. Que lo que nos pasa a una es parte de los sufrimientos del conjunto. Lo primero es poder contar. Le pasa a muchas. No alcanza con la sanción familiar. Es necesario tomar en nuestras manos la denuncia y la sanción pública. Para que no vuelva a ocurrir. En nuestro grito está la voz de las que todavía no se animaron”.
02 de October de 2010