A 2 años de tu partida física, este homenaje llega como una deuda de los marginados, como un rayo de las ignoradas, de los obreros y campesinos que sostienen esta Argentina bravía. Que en un pedazo de bronce, moldeado por las manos comprometidas de un artista, figure tu rostro Otto querido, no es un culto a la personalidad. Es un hermoso homenaje popular a tu entrega revolucionaria, a tu aporte extraordinario por un mundo de iguales.
Una plaza de Mar del Plata tendrá un reconocimiento físico al mejor de los nuestros, o eso intentaremos. Los pibes y las pibas se preguntarán quién es el que merece tanto cariño y respeto. No para que una placa fría diga tu nombre, sino para que arda todo con el fuego de tu historia.
La derecha reaccionaria seguramente se escandalizará, porque creen que lo que transmiten los monumentos y espacios públicos, les pertenecen. Por más que traten de ocultar la rica historia de lucha de nuestro pueblo, nunca lo lograrán. Tu camino, querido compañero y camarada, vive y late en nuestro compromiso militante, eso es imposible de ocultar, tapar o prohibir.
Y sobre todo querido Otto, hoy ya tu nombre no te pertenece. Tu nombre es de los de abajo, de los humildes, de las mujeres, de los laburantes, tu nombre es un faro que no para de iluminar el futuro. Tu nombre Otto querido, es un viento revolucionario que nos empujará siempre hasta la victoria.