La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló la semana pasada que la relativa reactivación mundial no ha tenido impacto alguno en el mercado laboral, que siguió hundido con un récord de 205 millones de desempleados en 2010, esencialmente igual al de 2009, con un aumento de 27,6 millones respecto al inicio de la crisis económica mundial de 2007. Con el agravante de que esa cifra subestima la realidad, pues solo registra a los que buscan empleo y muchos, como se señala más adelante, son los que han dejado de hacerlo por las condiciones de los mercados laborales.
Todo lo cual estaría indicando que la mayoría de las recuperaciones relativas se han dado sobre la base de una mayor explotación de los trabajadores que han logrado mantener su empleo, sin que se hayan tomado nuevos, con el agravante de un aumento de la precarización laboral.
Según el documento dado a conocer en Ginebra, Suiza, el 25 de enero de 2011, muchos países estarían saliendo de la crisis, pero las variaciones de las cifras de la desocupación son exasperantemente insignificantes, en términos absolutos y relativos: el índice de desempleo fue de 6,3% en 2009, de 6,2% en 2010 y “en 2011 será de 6,1%, equivalente a 203,3 millones de desempleados”, prosigue. Este será, probablemente, el tercer año consecutivo con más de 200 millones de personas en busca de trabajo en todo el mundo. Los más afectados son los países industrializados, donde vive más de la mitad de las personas que perdieron su empleo desde 2007, pese a que representan apenas el 15% de la mano de obra de todo el planeta. En cambio, en algunos países llamados emergentes o en desarrollo, como Brasil, Kazajistán y Tailandia, el índice de desempleo disminuyó a los niveles anteriores a la crisis, subraya la OIT. Pero eso no alcanza para reducir los números globales. “ese a la fuerte diferenciación de la recuperación de los mercados laborales en el mundo, los tremendos costos humanos de la recesión siguen presentes”, dijo el director general de la OIT, el chileno Juan Somavía.
La crisis también estancó la posibilidad de conseguir empleos estables. Según la OIT, hay en todo el mundo 1.530 millones de personas con un “empleo vulnerable”, como por ejemplo temporales.
“La incidencia del empleo vulnerable permaneció generalmente igual a 2008, en contraste con la paulatina y significativa reducción de ese índice en los años anteriores a la crisis”, destacó la entidad. El desempleo juvenil, que este año fue el elemento desencadenante de estallidos sociales en Grecia y Túnez, tiene una evolución igualmente desalentadora: había el año pasado 77,7 millones de desocupados de 15 a 24 años, menos que en 2009 (79,6 millones) pero aún muchos más que los 73,5 millones registrados en 2007. Por otro lado, cada vez más personas abandonan las tentativas de encontrar trabajo y en la mayoría de los países dejan por eso de figurar en las estadísticas. En 56 países donde esos cómputos existen, 1,7 millones de jóvenes salieron de los registros de buscadores de empleo en un año. La imposibilidad de encontrar un trabajo decente refuerza la incapacidad de la economía mundial de asegurar un futuro a todos los jóvenes” y “eso socava a las familias, a la cohesión social y a la credibilidad de las políticas” públicas, alerta la OIT.