El gobierno y la mayoría de los medios circunscriben el reclamo a lo salarial, pretendiendo enfrentarnos con las familias de nuestros chicos. Reclamamos salarios, es cierto. Porque el acuerdo que en la paritaria nacional de febrero firmó Ctera con el kirchnerismo, nuevamente no habla del básico, sino de un “inicial” que no llega a los míseros $ 1.500, con el achatamiento de escala salarial y baja de jubilaciones que implica.
De este “argumento”, entre otras cosas, se agarran Macri y otros tantos gobernadores para decir que se cumple con lo pactado. Y desde ahí se entiende que a pesar de los anuncios de “acuerdo”, hay luchas en San Juan, Buenos Aires, Corrientes, Neuquén, Río Negro, Chaco, Jujuy, Catamarca, Santa Cruz, Entre Ríos y Ciudad de Buenos Aires, que la Ctera parece ignorar.
En la Capital, nuestro salario pasó del sexto lugar en el país al Nº 16, siendo la Ciudad de Buenos Aires el distrito que más recursos económicos tiene. Sólo un pequeño ejemplo: Macri ha otorgado un premio de $ 18.000 a funcionarios que cobran $ 9.000 (un total de más de dos millones y medio que bien podrían estar invertidos en los siempre anunciados y nunca concretados arreglos de las escuelas).
Pero es más que salarios. A pesar de las promesas de “buen vecino Pro”, el gobierno de Macri mantiene condiciones que hacen imposible la educación y el funcionamiento de las escuelas.
Se invierte en “equipamiento” con licitaciones con sobreprecios y artefactos que no son prioritarios (pizarrones electrónicos para escuelas que no tienen estufas, televisores gigantes para escuelas que ya tenían televisores, caloventores eléctricos cuyo costo triplica la inversión que hubiera implicado arreglar las calderas, se pintan paredes que requieren arreglos por humedad sin hacerlos, aumentan en forma escalofriante los recursos para las auditorías que pretenden controlar si los maestros “robamos” comida o sueldos, mientras bajan las becas y comenzamos las clases sin agua ni gas en muchas escuelas). Se destinan más de $ 700 millones para subsidiar la educación privada, profundizando las desigualdades.
Continúa la falta de docentes y vacantes en las escuelas. Faltan edificios en toda la zona sur de la Ciudad, por lo que diariamente cientos de chicos son transportados como ganado en micros hacia colegios que quedan a más de una hora de viaje de sus casas.
En el Nivel Inicial (jardines) el año pasado hubo 8.300 chicos en lista de espera que no pudieron acceder a una vacante. No sólo no resolvieron esto, sino que perversamente cerraron la extensión vespertina del Jardín Nº 6 del Distrito Escolar 19 (siendo éste un lugar que funcionaba para los hijos de las chicas que están bajo el Programa “Alumnas madres”, de la Escuela Media Nº 3 de ese distrito); y se sigue luchando por frenar el cierre de dos extensiones vespertinas para hijos de alumnas madres de escuelas medias de Villa Lugano y Retiro.
Los maestros seguimos organizándonos en cada escuela, enfrentando esta política y reclamando a los sindicatos de base y a Ctera la continuidad del plan de lucha, por nuestros salarios y en defensa de la escuela pública.
02 de October de 2010