La producción de litio ha pasado a tener una importancia clave en el mundo debido a que se trata de un mineral no renovable capaz de almacenar energía limpia no contaminante, que reemplaza la combustión de petróleo y gas y tiene aplicaciones múltiples. Las empresas tecnológicas de los países imperialistas y las corporaciones automotrices transnacionales se encuentran en una carrera frenética por abastecerse de la materia prima como carbonato de litio o cloruro de litio que hace posible llegar a la producción de baterías y aplicaciones más complejas.
En nuestro país, desde la época menemista distintas empresas de potencias extranjeras se han ido adueñando de los yacimientos donde se extrae la salmuera en los grandes salares localizados en las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta. Fue Menem quien entregó el Salar del Hombre Muerto a una empresa norteamericana, y junto con esto la sanción de la Ley de Inversiones Mineras, que les garantizó a todas las empresas mineras radicadas en el país 30 años de estabilidad fiscal, enormes beneficios impositivos, y la baja de regalías al irrisorio 3 %, además de reintegros a las exportaciones. A partir de esta entrega, a comienzos del siglo XXI se radicaron en Jujuy, Salta y Catamarca capitales australianos, canadienses, chinos y japoneses y existen en curso cerca de 40 pedimentos de concesiones por empresas de otras potencias imperialistas sobre decenas de miles de hectáreas de territorio. Todas negocian y acuerdan con los gobiernos provinciales, debido a que la reforma constitucional de 1994 le otorgó a las provincias el dominio de los recursos naturales. Argentina es parte del triángulo del litio junto con Bolivia y Chile, donde están el 85 % de las reservas mundiales.
En estos días se están exportando desde Jujuy, Salta y Catamarca miles de toneladas de carbonato de litio hacia Norteamérica, Asia y Europa y también se hizo la primera exportación de cloruro de litio a China. El costo de producción del carbonato que declaran las empresas es de aproximadamente 3.500 dólares por tonelada y el precio en el mercado internacional llegó hasta los 18.000 dólares por tonelada. El tema de fondo, es que en la industria, la aplicación de litio genera una cadena de valor que eleva su precio y se multiplica por diez, por cien, por miles y hasta por decenas de miles, según sea su aplicación en baterías para automóviles, farmacéutica, comunicación, electrónica, energía nuclear, en los satélites espaciales o en usos militares. Por todas estas aplicaciones es que se trata de un recurso natural estratégico que hace a la soberanía y defensa nacional. El litio por tanto es codiciado y disputado ferozmente por el capital imperialista que en estos momentos están a la ofensiva. De esta manera, son las potencias imperialistas a través de sus empresas que saquean el Litio en la Argentina y profundizan la dependencia de nuestro país.
Fueron sucesivos gobiernos de nuestro país los que dejaron hacer y eludieron tomar medidas soberanas para pararles la mano. Lo más lamentable es que contando con distintos centros científicos como YPF Tecnológica (YTEC), asociación de YPF con el CONICET, o el Instituto de Investigaciones Físico Químicas Teóricas y Aplicadas de la Universidad de La Plata (INIFTA), que han logrado el avance técnico científico para fabricar baterías y otras aplicaciones, trabajan casi en el anonimato público y no son puestas por el Estado en la primera línea de la agenda para demostrar que podemos avanzar en toda la cadena de valor del litio. Al mismo tiempo los gobiernos provinciales, en acuerdo con las empresas ocultan o niegan que para producir una tonelada de carbonato se depredan varios millones de litros de agua dulce en el territorio de las comunidades y campesinos de pueblos originarios destruyendo sus economías ancestrales, cuando existe un método de extracción patentado por la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y el CONICET que no consume agua ni agrega químicos contaminantes.
Es imprescindible que las organizaciones políticas, sindicales, sociales, indígenas, ambientales, de mujeres y del conjunto del pueblo tomemos en nuestras manos la defensa de nuestra soberanía, luchando por la nacionalización de este recurso natural estratégico. Como así también, avanzar en medidas que permitan la industrialización en origen con los debidos resguardos ambientales y de respeto a los Pueblos Originarios. Esto no sólo es necesario sino que es posible.
Tenemos que impulsar un gran movimiento para que el gobierno del Frente de Todos rompa con el modelo extractivista-exportador, derogue el código minero de Menem y toda otra legislación similar, y avance con un modelo de desarrollo nacional y de defensa de nuestra soberanía.
Como parte de esta lucha es muy importante impulsar en el Congreso leyes para declarar al litio recurso estratégico y crear Yacimientos Litíferos Fiscales y la constitución de la Comisión Nacional del Litio para recuperar la soberanía, recreando la gesta de Enrique Mosconi con el petróleo. Es urgente lograr en lo inmediato prohibir nuevas concesiones. Es posible legislar para que las actuales empresas concesionarias que explotan los yacimientos sean obligadas a que el Estado Argentino tenga prioridad para adquirir el carbonato o el cloruro de litio y al mismo precio con el cual transfieren a sus casas matrices, de manera de evitar que la materia prima salga del país. Tenemos las condiciones necesarias para generar una poderosa industria del litio en todas sus aplicaciones. A su vez cada Provincia, en lugar de repartirse un misérrimo 3% de lo que dicen las empresas que extraen a “declaración jurada”, podrán coparticipar fondos mucho mayores. Todo esto generará fuentes de trabajo como fue con la YPF del General Mosconi, con los Altos Hornos de fundición de hierro en Zapla del General Savio, bastiones de riqueza, desarrollo y bienestar popular, por mucho tiempo.
Llamamos a constituir un amplio movimiento popular por la nacionalización del Litio para avanzar en su defensa soberana.
Partido Comunista Revolucionario
15 de abril de 2021