En la contundencia de la medida de fuerza se expresaron distintos puntos, en general cada Banco paró con su propio programa reivindicativo.
El paro expresó varias preocupaciones que afectan a la mayoría de los compañeros: 1) el problema salarial, la última paritaria ya fue absorbida por la inflación, 2) el impuesto a las ganancias que sigue castigando los salarios, 3) la lucha para que los call centers pasen al convenio bancario, 4) el 82% móvil para los jubilados, y también se expresó con fuerza la preocupación por la ola de asaltos express a los Bancos, que incluyeron toma de rehenes como sucedió en la sucursal Pilar del Banco Nación.
En su inicio, el plan de lucha fue una respuesta de la conducción de La Bancaria a la decisión de la Cámara laboral de designar un interventor informante (veedor) en el Sindicato, con facultades para recibir denuncias y pedir informes. Esta intervención se decidió por el juicio ordinario iniciado por la Lista 9 (la oposición), que pidió la nulidad de las últimas elecciones nacionales del gremio, por adulteración de padrones.
El rechazo a la intervención fue la consigna central de la movilización nacional que hizo el gremio el 14 de julio pasado, donde participó una delegación de la CGT encabezada por Héctor Recalde, y a la cual algunas seccionales –como la de Buenos Aires– le agregaban el pedido de justicia para Zanola y declamaban su inocencia.
No obstante ello en las semanas previas al paro se fue instalando entre los trabajadores el eje salarial, y la conducción de la Bancaria fue mutando el programa del paro, y sacó de los puntos el rechazo a la intervención.
Cuidadosos también de no quedar enfrentados al gobierno nacional, las consignas de La Bancaria fueron lo más ambiguas posibles: adecuación salarial (sin porcentajes ni precisiones a que se refieren). “Banqueros paguen lo que deben” (también sin detalle); y en la última semana instalaron como eje que los Bancos no cumplen con las medidas de seguridad establecidas por el Banco Central, y éste tampoco las hace cumplir.
Desde las comisiones internas opositoras se empujó otro programa: reapertura de paritarias, 15% de aumento salarial remunerativo, con cláusula de revisión inflacionaria; reintegro del impuesto a las ganancias, convenio bancario para los trabajadores de los call centers, 82% para los jubilados, defensa de la obra social. Y en cuanto a la crisis que atraviesa el gremio se plantea nuevas elecciones nacionales con padrones depurados.
Es fundamental la realización de asambleas en todos los lugares de trabajo para discutir la continuidad del plan de lucha y garantizar el protagonismo de todos los bancarios en las decisiones.
El zanolismo pretende utilizar los justos reclamos para reafirmarse en la conducción del Sindicato, que está en crisis desde la detención de Zanola –hace ya 8 meses– por la causa de los medicamentos truchos. Desde abajo debemos unificar a todos los sectores opositores para que en la negociación con las patronales no nos vuelvan a traicionar, y prepararse para que en las próximas elecciones de seccionales (2 de diciembre de 2010) y comisiones internas avance el camino de la recuperación del gremio para ponerlo al servicio de los trabajadores.
02 de October de 2010