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19 de June de 2013

Cerraron las paritarias de la Alimentación con un 26,5%: 17% desde mayo, 7% en agosto, 2,5% en enero de 2014 y dos sumas fijas de $235, una en setiembre y otra en noviembre.

 

Paros y escrache en Arroyito

Trabajadores de la alimentación de Córdoba

La Cámara empresaria había empezado ofreciendo 19%, apoyados en el techo que había puesto la presidenta a principio de año, para después plantarse en un 24%. Y el grupo Arcor encabezaba los posiciones ‘duras’ de no dar un centavo más.
En las fábricas se venía planteando el problema de que desde la lucha de los 28 días de 2010 donde se arrancó el 35% se fue retrocediendo. En 2011 se consiguió un 33%, en 2012 un 28% y ahora un 26,5% en 3 veces.

La Cámara empresaria había empezado ofreciendo 19%, apoyados en el techo que había puesto la presidenta a principio de año, para después plantarse en un 24%. Y el grupo Arcor encabezaba los posiciones ‘duras’ de no dar un centavo más.
En las fábricas se venía planteando el problema de que desde la lucha de los 28 días de 2010 donde se arrancó el 35% se fue retrocediendo. En 2011 se consiguió un 33%, en 2012 un 28% y ahora un 26,5% en 3 veces.
Todo el proceso de estos dos meses fue muy contradictorio. Por un lado los compañeros estaban dispuestos a luchar por un aumento que “valga la pena” pero por otro, presionó mucho el temor a “perder puestos de trabajo”, la idea de que es cierto que hay crisis y que Arcor tiene muchas plantas en las que puede producir los mismos productos, y por lo tanto “levanta una línea acá y la instala allá”, “es lo que hay, otros están peores”, etc.
Pero toda la lucha por el aumento tuvo el trasfondo de las elecciones de octubre. Desde el punto de vista de los trabajadores, los debates eran que nadie se cree lo del congelamiento de precios: “es un verso, no se consiguen las marcas de los productos congelados”, “cuando pasen las elecciones los precios se van a ir por las nubes”. Y decían: “ni en el 2010 llegamos tan mal, sin un peso en el bolsillo”. Se discute la inflación, la bronca con la corrupción del gobierno K, sin embargo también se dice: “encima a ¿quién vas votar?”.
Pero todo eso no logró potenciar la unidad para la lucha porque por arriba, Daer (STIA Capital), Morán (Federación) y Morsillo (STIA Córdoba) estaban en una disputa feroz por cerrar beneficio pensando en sus intereses políticos y el de sus patrones, y muy lejos de la necesidad de los trabajadores.
Daer estaba apurado por firmar el 24%, reivindicando las medidas de Lavagna-Duhalde en el 2003; mientras, Morán y Morsillo se pusieron “combativos”, asegurando que no iban a firmar menos del 27%. Los dos parecían poner el centro del golpe en Arcor mientras los compañeros no entendían lo que pasaba ni lo que se discutía, aunque por olfato los compañeros decían “estos nos van a vender atados”, “ya tienen todo arreglado”, etc., pero en general con mucha disposición a cumplir con los paros de dos horas por turno, que proponían desde la Federación, a las que Morsillo dijo que iba a “acompañar”.
El punto culminante fue el paro y la movida a Arroyito del miércoles 12. Bloqueo de portones, paro total, movilizaciones frente a la planta, etc. Vinieron colectivos de Salto, San Pedro, Córdoba capital, al escrache a la planta madre. Cuando la policía intenta llevar presa a una compañera que estaba pintando en la portería, se producen forcejeos y una marcha por el centro de Arroyito que termina en un corte de ruta y asamblea.
Cuentan los compañeros de Arroyito: “estábamos chochos”, “es muy bueno que hayan venido de otros lados a acompañarnos”, “acá ellos se creen dueños de todo”.
El miércoles, al día siguiente del escrache y la movida a Arroyito donde empujaron Morán y Morsillo se llegó al acuerdo. Sugestivamente también al día siguiente de que cerraron los acuerdos electorales, y a continuación se le reactivó el juicio a Daer… Mucha coincidencia, para seguir pensando… Por abajo no hay ninguna duda de que “lo que se consiguió es muy poco” y la idea de reabrir las paritarias en diciembre es lo que más le gusta a los compañeros, porque el básico de un obrero de la alimentación quedó en $6.000, muy lejos del valor de la canasta familiar que está en $10.200.